Durante el pasado año la compañía taiwanesa lanzó dos terminales tope de gama, el HTC U11 y el HTC U11+, adoptando con ello una estrategia muy parecida a la que siguen otros gigantes dentro del sector smartphone como Samsung (Galaxy S8 y S8+) o Apple (iPhone 8 y iPhone 8 Plus).
Sin embargo el lanzamiento del HTC U11 se produjo en mayo de 2017 y el del HTC U11+ en noviembre de ese mismo año, dos fechas separadas que demuestran que el segundo terminal estaba enfocado como una renovación parcial con la que atraer al consumidor y hacer frente a los grandes lanzamientos de final de año, entre los que se incluyen los citados iPhone 8-8 Plus (y también el iPhone X) y el Galaxy Note 8.
La idea parecía buena pero al final no ha funcionado. El HTC U11+ no ha tenido el éxito esperado en el canal y esto ha acabado pasando factura a los resultados de diciembre que ha registrado la compañía taiwanesa.
El pasado mes HTC cerró con unos ingresos consolidados de 136,44 millones de dólares, una cifra que representa una caída del 29% comparada con el mes anterior y del 37,3% año sobre año. Sin duda un dato muy negativo, pero la cosa es peor cuando vemos los resultados anuales de la compañía.
En total los ingresos anuales de HTC en 2017 sumaron 2.103 millones de dólares, una cantidad que supone una caída del 20,52% comparada con los resultados de 2016 y que además es la más baja de la compañía en los últimos 13 años.
La estrategia que ha adoptado la firma taiwanesa no está funcionando y una de las razones más importantes es la relación calidad-precio de sus productos. HTC hace smartphones atractivos, pero los comercializa a un precio demasiado elevado y con ello los aleja del grueso de consumidores.
