Si entramos en una empresa cualquiera en España, las probabilidades de encontrar software empresarial ilegal es del 44%. Una cifra, que apenas ha bajado en estos años, muy por encima de la media europea (28%). Lo valora la entidad BSA The Software Alliance que vio como el pasado 2017 se duplicaron las denuncias en este sentido.
En 2017 se alcanzó la cifra récord de 576 casos notificados a través del portal de denuncias de BSA, un 14% más con respecto al año anterior y prácticamente el doble de los reportes registrados en 2014, cuando la cifra de denuncias era de 315. La mayoría de estas denuncias llegan por exempleados o empresas competidoras.
En este sentido, Carlos Pérez, Socio Responsable del Área de IT, Riesgo y Cumplimiento de ECIJA, firma legal de BSA en España añade:
No sólo se recibe una mayor cantidad de denuncias, sino que además estas ofrecen cada vez más detalles e información concreta que facilita materializarlas en las correspondientes acciones legales contra las empresas infractoras.
El valor del software sin licencia instalado en las empresas investigadas ascendió a casi 200.000 euros de media y a cerca de 4.000 euros por cada ordenador. Por tipología de programa no hay distinción: «se piratea de todo; desde programas muy económicas hasta los más completos. No hay distinción», nos comentaban desde BSA.
Más concienciación
Pese a los altos ratios de software empresarial ilegal en nuestro país, el panorama va mejorando. No solo porque las compañías «se exponen a riesgos legales y económicos muy graves que van desde indemnizaciones por daños y perjuicios a multas que pueden ascender a los 280.000 euros, la suspensión de actividad, y la inhabilitación para acceder a subvenciones y ayudas públicas o contratar con el sector público» sino porque las campañas de concienciación de fabricantes y desarrolladores han funcionado.
La sensibilización ha ayudado a que crezcan el número de compañías que regularizaron de forma voluntaria su situación legal. Aún así estamos lejos de la media europea, anteriormente mencionada, y mucho más de otros países como Estados Unidos o Canadá, donde el ratio de software sin licencia no llega al 20%.
Imagen | Bench Accounting
