Los dispositivos flexibles están llamados a convertirse en la próxima gran revolución del sector tecnológico y no, no nos referimos únicamente al debut de los smartphones flexibles.
El uso de pantallas flexibles va más allá del sector móvil. Uno de los mejores ejemplos es el televisor enrollable de LG, un producto que esperamos que llegue al mercado este mismo año, y que debería marcar el inicio de una primera oleada de dispositivos flexibles.
Volviendo al sector móvil sabemos que Samsung será la primera en lanzar un smartphone flexible, el Galaxy F. Se trata de un producto que según varias fuentes podrían haber desarrollado hace al menos un par de años, pero que se ha ido posponiendo por tema de costes. Dicho de otro modo, era muy caro fabricar un terminal de este tipo y el precio de lanzamiento años atrás habría sido poco realista.
Los dispositivos flexibles que llegarán este año actuarán como «punta de lanza» para estandarizar nuevos formatos y nuevos diseños. Como anticipamos el precio de estos nuevos dispositivos será elevado, de hecho se estima que el Galaxy F costará unos 1.800 euros y la televisión enrollable de LG será también un producto premium con un coste elevado, pero es un escenario totalmente normal, ya que como dijimos su estandarización no se producirá en 2019.
Este año marcará una transición que se mantendrá hasta que se produzca una normalización en los precios de esos dispositivos flexibles, algo que según los principales analistas ocurrirá cuando el precio de los dispositivos flexibles baje de los 1.000 euros.
El futuro de los smartphones pasa por las pantallas flexibles, pero lo mismo ocurre con otros dispositivos que pueden beneficiarse de las posibilidades que ofrecen este tipo de pantallas, como los televisores, los monitores y las tablets. Habrá que esperar a ver con qué nos sorprenden los principales jugadores del sector tecnológico, pero el futuro pinta brillante.
