El Tribunal General de la Unión Europea ha confirmado la multa a Intel de 1.060 millones de euros, impuesta por la Unión Europea en 2009.
Fue la mayor multa de la historia aplicada a una compañía en casos de monopolio. Intel fue acusado de infringir las leyes de competencia de la Unión, abuso de posición dominante y pago a cadenas minoristas y fabricantes de PCs para excluir del mercado a otras compañías, especialmente su competidor AMD, el precursor de la demanda.
Según la CE, Intel condicionó rebajas de precios a fabricantes a cambio de que no usasen productos de la competencia o incluso pagos directos para que retrasasen la comercialización de microprocesadores AMD.
Ahora, el Tribunal General de la Unión Europea confirma una multa que aún había podido ser mayor, hasta el 10 por ciento de la facturación de 2008.
Resta una apelación al Tribunal de Justicia de la UE y es seguro que Intel gastará su último cartucho. No es probable que el fallo varíe en demasía en un caso por el que Intel recibió durísimas críticas de la comisaria de competencia, Neelie Kroes, que estimó que “no podían ser toleradas”, acusando a Intel de “causar daño a millones de consumidores europeos buscando deliberadamente excluir a la competencia del mercado de los chips informáticos durante años”.
