A veces es complicado saber toda la basura tecnológica que generamos si no ponemos los números en perspectiva. Por ello, la iniciativa StEP, dependiente de Naciones Unidas, ha elaborado un mapa mundial. Allí podemos encontrar los datos a nivel mundial y nacional sobre el nivel de dispositivos electrónicos que tiramos de forma anual.
Los datos son para asustar, aunque correspondan al año pasado. A nivel mundial se generaron 48.894 toneladas de basura tecnológica. Mientras se tiraba esta cantidad, durante 2012 se pusieron en el mercado más de 64.000 toneladas de dispositivos, entre los que se cataloga electrodomésticos, aparatos electrónicos de todas las categorías.
Pero aquí no acaba la situación. La propia organización prevé que la basura electrónica aumentará un 33% en todo el mundo durante el periodo comprendido entre 2012 y 2017. O lo que es lo mismo: el equivalente a doscientos edificios del tamaño del Empire State Building neoyorquino.
España y su basura tecnológica
Los datos españoles que ofrece la iniciativa StEP no dan datos mucho más halagüeños. Aunque no somos uno de los países con más basura generada -en el top 3 de los más sucios están los Países Bajos, Centroamérica y Centro África, entre otros-, nuestro nivel es digno de preocupación, sobre todo, si no se lleva una gestión adecuada.
El año pasado cada español creó de media 18 kilogramos de basura tecnológica. En total se generaron 832 toneladas de desechos aparatos eléctricos y electrónicos. Adicionalmente, el mercado puso 1.000 toneladas de nuevos dispositivos, listo para su nuevo consumo.
Viendo estas espectaculares cifras, el trabajo de asociaciones como Tragamóvil para móviles y dispositivos, Fundación Ecolec o Recyclia, es esencial para reciclar y gestionar esta cantidades de basura tecnológica. Una labor que desempeñan con la ayuda de empresas, vendedores y usuarios.
También las marcas han comenzado a trabajar en ello. En este sentido, por ejemplo, HP cuenta con una red de tiendas para la recogida de sus consumibles. Un hecho vital, en la que el canal de distribución tiene mucho que decir, para que estos residuos pasen a una mejor vida útil y haciendo el menor daño posible al medio ambiente.
No obstante, todavía queda mucho trabajo por hacer. A principios de año, la Fundación Ecolec esperaba que este 2013 fuera mejor gracias al Plan Nacional de acción de Ahorro y Eficiencia Energética. Tendremos que esperar a ver el balance y seguir trabajando para evitar que la basura tecnológica nos coma.
