Un tribunal noruego ha fallado contra Apple en un caso de «derecho a reparar iPhone» en la que había demandado a una pequeña firma de reparaciones.
Apple mantiene uno de los ecosistemas tecnológicos más cerrados del mercado. Y en todos los ámbitos. Si a nivel de canal de distribución de sus productos no puede entrar cualquiera, aún menos en el de reparación. Por un lado no vende piezas oficiales y por otro, intenta imponer su copyright para impedir reparaciones de terceros mediante componentes alternativos.
Apple ha sido demandado en varias ocasiones por bloquear reparaciones de terceros y ha sido criticado (como otras tecnológicas) por el mayor interés en vender nuevos productos y no en reparar, muestra de la criticada obsolescencia programada.
En el caso que nos ocupa, Apple demandó a una pequeña firma de reparaciones noruega y ha perdido a pesar de desplegar un impresionante equipo de abogados. El caso es el de siempre y lo resume el abogado de la compañía denunciada:
«Quieren el monopolio de las reparaciones para poder mantener los precios altos. Y, por tanto, no quieren vender repuestos a nadie más que a ellos mismos».
Apple: líder negativo contra el derecho a reparar
Apple impone que sus propias piezas de repuesto solo estén disponibles solo en las Apple Store y en las tiendas asociadas en su programa de «Proveedor de servicios autorizado». Al convertirse en «autorizados», las compañías de reparación tienen que pagarle a Apple una tarifa y comprar componentes a una tasa fija. También se les restringe la realización de ciertos tipos de reparaciones.
En este escenario y como Apple impide la venta de componentes oficiales, los talleres tienen que acudir al mercado secundario chino, que es lo que este taller noruego y miles de firmas talleres de reparación en todo el mundo optan por hacer y es por lo que les demanda Apple.
El tribunal que ha sentenciado este caso estimó que la ley noruega «no prohíbe a un reparador importar pantallas móviles de fabricantes asiáticos que sean 100 por ciento compatibles y completamente idénticas a las pantallas propias de Apple, siempre y cuando la marca registrada de Apple no se aplique al producto». Además, el tribunal señaló la falta de opciones para los pequeños talleres de operaciones ante la prohibición de Apple de vender componentes oficiales.
Gay Gordon-Byrne, responsable de Repair.org, asegura que «Apple está demostrando ser la imagen mundial del movimiento contra las reparaciones». De paso, recuerda que Apple «no posee» el producto después de haberlo vendido y -al menos fuera de garantía- el cliente tendría que poder decir donde llevar sus productos a reparar. Grandes compromisos el del ecosistema de Apple, el más cerrado que existe en el mundo tecnológico.
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