Es un hecho, la demanda de tarjetas gráficas sigue bajado y si todo van según lo previsto el cierre del segundo trimestre nos dejará una caída importante que podría rondar entre el 40% y el 60%.
El principal culpable de estos malos resultados será el mismo sector que generó un crecimiento abrumador y que acabó reduciendo al mínimo la disponibilidad de las principales soluciones de consumo general e inflando los precios, el minado de criptodivisas.
Ya hablamos en su momento sobre esta cuestión y en este artículo vimos sus claves más importantes. El aumento de demanda generada por el sector del minado de criptodivisas era algo artificial que acabaría por derrumbarse antes o después, una previsión que ya se ha empezado a cumplir.
Esa alta demanda permitió a NVIDIA, AMD y a los ensambladores de tarjetas gráficas obtener unos ingresos de récord durante el primer trimestre de 2018, pero causó estragos en el mercado ya que convirtió a las tarjetas gráficas en productos «de lujo».
Habrá que ver el impacto real que acaba teniendo esta caída en la demanda en los resultados trimestrales de los principales jugadores del sector gráfico, pero de momento las consecuencias ya se han empezado a notar en el canal, donde hay una mayor disponibilidad de tarjetas gráficas de consumo y los precios han empezado a normalizarse.
Todavía no hemos vuelto a los niveles de 2016 y algunos precios siguen inflados, pero desde luego la situación es mucho mejor comparada con la que teníamos hace apenas un mes.
El lanzamiento de la nueva generación de tarjetas gráficas de NVIDIA, conocidas provisionalmente como GeForce GTX 20/GTX 11 se espera para el próximo mes de julio. Es muy probable que la llegada de esos nuevos productos contribuya a terminar de normalizar la situación en el sector, siempre que no se produzca un nuevo repunte de la demanda del mercado del criptominado.
