Concebido como un espacio de experimentación, la compañía Khora ha inaugurado la primera tienda de realidad virtual del mundo. Copenhague ha sido la ciudad elegida para exponer esta tecnología de prometedor futuro a un público más masivo.
Denominada como Khora Lab, el establecimiento permite a los usuarios experimentar con la realidad virtual viajando a Marte, pintando sobre un cuadro de Van Gogh o matando zombies. Después de esta inmersión, ofrece la posibilidad comprar y alquilar hardware relacionado.
La tienda también ha preparado un espacio para el desarrollo. Conscientes de la importancia de tener un universo más amplio de aplicaciones, juegos y servicios en sus productos, la compañía ha destinado un espacio para «que fluyan las ideas y las personas las puedan hacer realidad».
Un paso de tantos
Más allá de un proyecto experimental, la tienda pone de relieve la importancia de esta tecnología en el futuro que ya está acaparando la atención de muchos jugadores. Microsoft, HTC, Samsung son solo grandes referencias de un nicho que está alumbrando muchas start-ups de potencial como lo fue en su momento Oculus Rift, ya comprada por Facebook.
Las previsiones para con la realidad virtual son muy optimistas; 43 millones de dispositivos en 2020 con un negocio potencial en áreas como el ocio o el retail donde han comenzado a verse pequeños acercamientos que son el inicio de la avalancha que está por llegar.
Pero no solo el futuro es halagüeño sino también los datos presentes: HTC vendió 15.000 unidades de sus Vive en 10 minutos. Una prueba fehaciente de que la realidad virtual interesa a los consumidores dispuestos a gastarse 900 euros en unas gafas.
Una vez cosechado el interés, es necesario que el mercado comience a madurar. Explotar sus posibilidades y crear aplicaciones es el reto más importante que tienen ahora mismo fabricantes y desarrolladores. Sin ello, podríamos ver como la realidad virtual se va al mismo sitio que otras tecnologías que prometían como, sin ir más lejos, el 3D.
