El mercado de placas base sigue de capa caída y mantiene con ello una tendencia que se inició en 2016. Para entender la mala situación que se vive actualmente en dicho sector basta con repasar los datos de años anteriores y hacer una comparativa.
En 2013 el suministro global de placas base alcanzó los 75 millones de unidades, una cifra que cayó por debajo de los 50 millones de unidades en 2016 y que se espera acabe rondando los 45 millones de unidades en 2017.
Según nos cuentan desde DigiTimes el principal culpable de esta importante caída lo encontramos en el mercado chino, que durante los últimos años había sido el gran motor del crecimiento en el mercado de placas base.
La situación se ha complicado por la bajada que ha experimentado la demanda en China, una realidad que a su vez ha recrudecido la lucha que libran los principales fabricantes del mercado por mantener o mejorar sus posiciones.
En este sentido las últimas previsiones apuntan que una de las compañías más afectadas por la contracción del mercado y también por la presión de Asustek será GIGABYTE. La compañía taiwanesa podría reducir sus envíos de placas base por debajo de 13 los millones de unidades en 2017.
Sin embargo no todo son malas noticias para GIGABYTE, ya que gracias a la alta demanda de tarjetas gráficas que se vive actualmente por el auge de la minería de criptodivisas la firma podría compensar la caída de su unidad de placas base.
GIGABYTE está realizando un importante proceso de reorganización de todas sus áreas de negocio, así que mantener una estabilidad mínima es fundamental para evitar problemas.
