Las pantallas 18:9 se han convertido en un componente fundamental para la fabricación de los smartphones de nueva generación y su demanda no deja de crecer, ya que los principales fabricantes están apostando cada vez más por los terminales con acabado «todo pantalla».
Xiaomi fue la primera en lanzar un terminal con pantalla 18:9, un movimiento que tuvo bastante éxito y que posteriormente siguieron otras compañías como Samsung y LG con los Galaxy S8 y LG G6.
Apple también ha seguido esa tendencia con el iPhone X y se espera que Google haga lo mismo con los nuevos Pixel 2, aunque en principio limitaría la pantalla 18:9 al modelo XL como vimos en esta noticia de MuyComputer.
Esa mayor demanda está teniendo consecuencias en el suministro de pantallas 18:9, que atraviesan una etapa de escasez que se mantendrá hasta 2018, pero no es el único problema que enfrentan los fabricantes de dicho tipo de pantallas.
Según podemos leer en DigiTimes las pantallas 18:9 tienen unas medidas muy concretas y específicas que varían en función de cada cliente, lo que significa que sólo se pueden suministrar a un comprador concreto y que no se pueden distribuir en masa de forma directa.
A esto hay que unir el proceso productivo, que resulta más complejo que el de las pantallas 16:9 y además consume hasta un 20% más sustratos de cristal.
Las fuentes más importantes dentro del sector confirman que se espera una subida de precio importante durante los próximos trimestres aunque no han hablado de cifras concretas. Si la subida se confirma podría acabar afectando a los smartphones que lleguen en la recta final de 2017.
