Los sistemas de reconocimiento facial no son realmente algo nuevo en el sector smartphone ni tampoco algo que haya introducido Apple con el iPhone X, de hecho el Galaxy S8 ya contaba con dicha tecnología, pero la implementación que ha llevado a cabo el gigante de Cupertino sí ha sido diferente.
En el iPhone X se han integrado un conjunto de sensores de profundidad que llevan a cabo un reconocimiento facial mucho más preciso y seguro que el de otros terminales anteriores, lo que significa que es un medio de autenticación biométrica realmente viable.
Con la introducción de las pantallas con formato 18:9 los principales vendedores de smartphones han tenido que llevar el lector de huellas dactilares a la parte trasera del smartphone, ya que no disponían de espacio en el frontal para colocarlo, un problema que se resolverá de forma definitiva con la sustitución de aquél por un sistema avanzado de reconocimiento facial.
Los principales vendedores del sector están trabajando con diferentes firmas para poder asegurarse el suministro de los componentes necesarios para adoptar dicha tecnología en sus smartphones.
Esto que acabamos de decir es sin duda una de las claves más importantes, ya que para el próximo año esperamos que todos o casi todos los tope de gama que lleguen al mercado cuenten con un sistema de reconocimiento facial, y dados los requisitos técnicos del mismo y lo ajustada que estará la producción los contratos y acuerdos en la cadena de suministros serán fundamentales para los principales vendedores de smartphones.
De nuevo Apple es el mejor ejemplo. La compañía ha tenido problemas de suministro con los sensores de profundidad utilizados en el iPhone X, algo que le ha impedido ofrecer una buena disponibilidad de dicho terminal desde su lanzamiento y que ha acabado por afectar a las ventas.
