Siete recetas para no «quemarte» en el trabajo

Si últimamente te encuentras más cansado de lo habitual, poco motivado, aburrido y te cuesta despertarte cada mañana para ir a trabajar, probablemente estés a punto se sufrir el síndrome el burnout, o del «trabajador quemado».

Estamos hablando de una enfermedad que te puede llegar a generar una crisis de ansiedad ante la idea de tener que ir a trabajar y en algunos casos sumirte en una depresión profunda de difícil resolución. En este artículo te mostramos algunos consejos para atajar el burnout cuando se muestran sus primeros síntomas.

Vida social

¿Cuándo fue la última vez en la que compartiste tu tiempo libre con personas no relacionadas con tu trabajo? ¿Te acuerdas de aquella época en la que solías ir al cine, cenabas de vez en cuando fuera con tu pareja y te permitías excursiones semanales al campo?

Si te cuesta dar una respuesta concreta a alguna de estas preguntas, claramente tienes un problema. Necesitas volver a conquistar tu vida social. Decirlo es fácil, pero hacerlo no lo es tanto. Por ello sobre todo al principio, oblígate a descansar, a divertirte… ¡reserva un espacio de tu apretada agenda para pasarlo bien!

Practica un deporte

Está claro que pasar 10 ó 12 horas sentados frente a la pantalla de un ordenador no puede ser sano. Los músculos se  agarrotan y los problemas de espalda y de circulación se ponen a la orden del día. En este sentido, después (o antes) de una larga jornada laboral, pocas cosas son más recomendables que una buena carrera, acudir a nuestro gimnasio o realizar una sesión de yoga.

No sólo porque estiraremos nuestro cuerpo y mejoraremos nuestros ritmos vitales, sino también porque realizar ejercicio es una excelente forma de despejar nuestra mente y dejar atrás las preocupaciones.

Encuentra tu hobby

Además de trabajar… ¿qué otras cosas te motivan en la vida? ¿En qué te gustaría emplear tu tiempo libre? Existen miles de aficiones en el mundo, ¿por qué no elegir la tuya? Es cierto que no siempre es fácil encontrar una afición y puede que pienses que no tienes ninguna.

Tómate un tiempo para encontrar lo que te apasiona, prueba aquí y allá… seguro que tarde o temprano algo acaba llamando tu atención.

Voluntariado

El voluntariado no sólo es una forma de ayuda al que lo necesita, sino que también es una forma de ayudarnos a nosotros mismos. Al ayudar a los demás comprobamos cómo los problemas que pensábamos que eran tan importantes y las decisiones tan urgentes que debíamos tomar, en realidad no lo son tanto.

Al colaborar con una ONG o un servicio social nos descubrimos a nosotros mismos como otra persona, como una persona nueva, muy distinta a la que todas las mañanas se enfunda su traje y su corbata.

Pide ayuda

Algo tan sencillo como pedir ayuda, confesar que lo estamos pasando mal, contar a nuestra familia o amigos que estamos en problemas, puede ser tremendamente complicado para muchas personas. Son personas que se creen capaces de resolver por sí solas todos los problemas del mundo, o que «no quieren preocupar/agobiar a los demás».

Sin embargo llega un momento en el que tenemos que dejar de luchar, de «darnos de cabezazos» contra la misma pared y pedir ayuda a las personas que más nos aprecian.

El poder de la risa

El humor es probablemente la mejor medicina contra el estrés, la depresión y el exceso de trabajo. Cuando nos reímos nos sentimos mejor y en general nuestro estado físico y mental mejora.

Además si somos capaces de hacer reír a los demás, nos sentiremos mejor con nosotros mismos durante todo el día.

Establece una nueva rutina

Muchas personas subestiman la importancia de los primeros momentos de cada mañana. Se despiertan con el tiempo justo para salir de casa, medio desayunan (o no desayunan en absoluto), y corren por los pasillos del metro subiendo las escaleras de dos en dos para llegar a tiempo y fichar.

Con esta «rutina» matutina lo único que conseguimos es aumentar desde el primer momento nuestros niveles de estrés. En este sentido, seguro que no nos costaría irnos a la cama media hora antes, despertarnos media hora antes y disfrutar por la mañana de una buena y relajada ducha y un desayuno nutritivo.

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