Nokia ha presentado resultados financieros del segundo trimestre que muestran números rojos de 1.410 millones de euros, cuadruplicando pérdidas frente al mismo periodo de 2011 tras una caída de ingresos del 18,6 por ciento.
Los ingresos por ventas de smartphones descendieron un 34 por ciento, mientras los de móviles retrocedieron un 11 por ciento. El número totales de unidades vendidas bajó un 17 por ciento en Europa, mientras que en Norteamérica bajaron un catastrófico 60 por ciento y un 30 por ciento en China.
Lo único positivo de los resultados se refiere a las ventas en Asia-Pacífico y a los 4 millones de unidades de la gama alta Lumia vendidos entre 73 millones totales. Nada que ver no obstante con los datos de Apple o Samsung y tampoco con la rentabilidad.
Con Symbian en franco retroceso y con MeeGo muerto por voluntad propia, Nokia ve en Windows Phone su tabla de salvación especialmente los Lumia con Windows Phone 8.
De la propia asociación con Microsoft destaca el dato curioso de la presentación de resultados y que confirma la dependencia económica que tiene Nokia actualmente y de paso, el coste que supone para los de Redmond.
Microsoft estaría pagando a Nokia 1.000 millones de dólares anuales (250 millones trimestrales) por ‘mantenimiento de plataforma’ además del coste de desarrollo conjunto para llevar Windows Phone a los Nokia, siempre en primer lugar y de forma ventajosa frente al resto de fabricantes.
Nokia debería pagar a Microsoft royalties por la licencia del sistema pero la debilidad de ventas deja esa cifra bastante por debajo de lo que paga Microsoft. No hay fabricante en ninguna otra plataforma que goce de estas ventajas de Microsoft.
A cambio, unión a Windows Phone. Hasta ahora la alianza no ha dado resultados pero se espera que Nokia ponga en el mercado terminales de calidad en la línea del Lumia 900 con un sistema operativo Windows Phone 8 muy mejorado a todos los niveles para competir con iOS y Android.
Ya sería para el último cuarto del año ya que Nokia espera para el tercer trimestre «un periodo difícil en el segmento de dispositivos inteligentes».