La diferenciación se ha convertido en una de las mejores inversiones que puede llevar a cabo cualquier minorista. Ofrecer una experiencia distinta y superior a la de la competencia nos puede abrir las puertas del triunfo, y en este sentido realidad aumentada y compra online tienen mucho que decir.
Actualmente cuando una persona compra online pierde muchos de los elementos que están presentes en la compra en tienda física, como por ejemplo la interacción real con los productos, ese contacto físico, así como la posibilidad de verlos desde diferentes ángulos e incluso de probárselos en el caso de ropa y asimilados.
Esa falta de interacción lleva en ocasiones a la pérdida de clientes que ya habían añadido productos a su carrito de compras y se mantiene como una barrera importante, que en muchos escenarios sigue afectando negativamente al crecimiento del comercio minorista online.
Debemos tener en cuenta que esa limitación no es exclusiva del sector textil, hemos puesto ese ejemplo por ser el que mejor y más rápido identificamos y entendemos, pero podríamos extenderlo sin problemas al sector tecnológico con otro ejemplo; el del cliente que busca una tarjeta gráfica y quiere ver con detalle el sistema de disipación desde todos los ángulos, pero no puede hacerlo por la falta de interacción que ofrecen las imágenes estáticas de una tienda online.
Con esto en perspectiva podemos entender mucho mejor el potencial que ofrecen realidad aumentada y compra online. Gracias a la primera el consumidor podrá interactuar a otro nivel con los productos que desea comprar y conseguir una experiencia mucho más satisfactoria.
La realidad aumentada permite visualizar modelos realistas del producto que queremos comprar y moverlos en 360 grados para apreciar todos sus detalles, pero además en ciertas implementaciones de esta tecnología es posible incluso llegar a «probarnos» ropa y complemetos antes de comprarla sin llegar a tenerla realmente en la mano, lo que se traduce en un valor claro para el cliente.
Como vemos la realidad aumentada es una tecnología verdaderamente disruptiva que acabará jugando un papel clave en la evolución del comercio minorista.