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Windows 7 y 8.1 sin actualizaciones con procesadores nuevos

Windows 7 y 8.1

Microsoft ya avisó en su momento que los procesadores basados en la arquitectura Kaby Lake de Intel y ZEN de AMD no iban a tener soporte oficial en Windows 7 y 8.1 y finalmente ha cumplido, aquellos que han actualizado sus equipos dichas CPUs se han encontrado con un bloqueo que les impide descargar e instalar actualizaciones.

Eso significa un fin claro del soporte mientras se mantenga montado en el PC el hardware que Windows 7 y 8.1 identifican como «no soportado», y supone que si se quitan esos componentes y se montan otros soportados se recuperará la posibilidad de instalar nuevo las actualizaciones.

Como no podía ser de otra forma esta decisión ha generado una fuerte polémica, sobre todo porque normalmente Microsoft ha dado soporte fijo a sus equipos durante el plazo establecido sin establecer nunca limitaciones en relación al hardware, pero es evidente que eso es cosa del pasado.

El gigante de Redmond quiere que los usuarios den el salto a Windows 10, y para ello está dispuesto a adoptar límites en sus sistemas operativos más antiguos.

Para el usuario final esto tiene tres salidas:

  • Seguir utilizando cualquiera de esos dos sistemas operativos sin instalar más actualizaciones.
  • Cambiar el hardware para mantenerse actualizado.
  • Actualizar a Windows 10.

Puede que esta medida acabe afectando positivamente a las ventas de Windows 10 y que ayude a dar un pequeño impulso a su cuota de mercado, pero todavía es pronto para adelantar nada así que esperaremos a tener datos de mercado en la mano.

Por lo que respecta a las empresas esto no supone un problema para la mayoría de ellas, ya que todavía pueden actualizar de forma gratuita a Windows 10 desde una licencia Windows Enterprise con Software Assurance.

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