Tanto AMD como NVIDIA han vuelto a demostrar interés por las tarjetas gráficas de gama baja, un sector que había quedado olvidado durante demasiado tiempo y que sin embargo presenta un potencial creciente.
Ya hemos hablado de los dos productos que son los máximos exponentes de ese renovado interés por las tarjetas gráficas de gama baja, la GT 1030 de NVIDIA y la RX 550 de AMD, pero en este artículo queremos dar un enfoque diferente y analizar porqué creemos que dicho mercado está lleno de posibilidades.
El elemento central es el deporte electrónico, y por tanto los juegos multijugador competitivos. Hablamos de DOTA 2, League of Legends, CS: GO y de todos esos títulos que se utilizan en un mundo que hoy mueve cantidades astronómicas de dinero y que no deja de crecer.
Esos juegos funcionan bien en ordenadores modestos y rinden de maravilla con tarjetas gráficas de gama baja, una realidad que ha disparado la popularidad de éstas y las ha convertido en un elemento muy demandado para montar equipos de bajo coste con los que disfrutar de los juegos más conocidos del mundo del deporte electrónico.
Los seguidores de ese mundo se cuentan en cientos de millones a nivel mundial y en España también ha generado un gran interés, pero debemos tener en cuenta que hablamos de una mayoría de jóvenes que en muchos casos dependen económicamente de sus padres.
Con eso en mente podemos entender a la perfección el potencial de mercado que tienen esas tarjetas gráficas de gama baja, cuyo coste suele ser inferior a los 100 euros.
Es un componente que permite a los fans del mundo del deporte electrónico disfrutar de sus juegos favoritos, emular a sus ídolos y disponer de un PC económico con el que poder practicar sin problemas. Su valor y su potencial como producto está por tanto fuera de toda duda.