HTC baja el precio de sus gafas de realidad virtual por primera vez. Las HTC Vive VR se quedan en 599 dólares acercándose un poco más a otros modelos más asequibles de la competencia. Una bajada que puede ser un indicador de que algo quizás no vaya demasiado bien en las ventas de la que es una referencia en el sector.
El lanzamiento de las gafas de realidad virtual de HTC en marzo de 2016 provocaron un aluvión de ventas. En 15 minutos se vendieron 15.000 unidades pronosticando una trayectoria exitosa para el modelo de la casa. El verano pasado se calculaba que ya había vendido unas 100.000 unidades. Un verdadero hito para un dispositivo que costaba alrededor de 900 euros.
Sin embargo, a partir de entonces su éxito se ha difuminado con la entrada de nuevos actores y el alzamiento de los existentes. Todo ello acompañado de la ausencia de datos comerciales da lugar a dos lecturas: la necesidad de reducir precios para adaptarse al mercado o que las ventas han descendido demasiado como para seguir buscando la máxima rentabilidad del producto.
La realidad virtual se ha convertido en un nicho de oportunidad con referencia destacadas. Entre ellas destaca Oculus, el competidor más directo, que ofrece una experiencia similar a la de HTC Vive VR por 300 dólares menos. Aún así el modelo Rift de Facebook tampoco ha conseguido demasiado con sus bajadas de precio mucho más constantes.
Sin embargo, la realidad virtual no deja de ser un segmento, por el momento, minoritario y accesible para muy pocos compradores. Las buenas expectativas de mercado de momento son eso, expectativas que pueden confirmarse o no. Precisamente es lo que ha pasado con los wearables, unos dispositivos con grandes previsiones que no se han cumplido del todo. Es por ello que todavía la tarta a repartir es muy limitada.
Así, los fabricantes y proveedores relacionados con la realidad virtual deben buscar más posicionamiento que ventas. Un buen lugar para conseguir que en un futuro cercano este mercado se convierta en un nicho a explotar.
