Lejos quedó la explosión y grandes números que se manejaban en torno a los wearables. Aunque es cierto que es un mercado que sigue creciendo, sus porcentajes son mucho más modestos de lo esperado a estas alturas. Según las cifras de IDC en el tercer trimestre se enviaron 23 millones de dispositivos ponibles que hicieron avanzar el nicho un 3,1% en su tasa interanual.
El 85% del mercado en este periodo fue copado por las pulseras inteligentes ya que los smartwatches cayeron casi un 52%. Un dispositivo básico que sigue siendo el rey con compañías como Fitbit sigue destacando como el rey. Un reinado que seguirá con el refuerzo de Pebble. Por detrás, Xiaomi. Entre estas dos copan casi el 40% del mercado dejando muy atrás a otros como Garmin, Apple y Samsung.
El abandono, el problema
Pese a que la demanda de wearables sigue en alza, el sector se enfrenta a un grave problema a futuro: los usuarios se cansan rápido de estos dispositivos. Así lo constata Gartner marcando la tasa de abandono en un 30% para estas pulseras deportivas y en el 29%, si hablamos de relojes inteligentes.
El 30% de las pulseras inteligentes son abandonadas
Los ratios de abandono, demasiado altos para cualquier nicho tecnológico, revelan una realidad aplastante. Los compradores no encuentran el valor a estos wearables, más allá de la novedad e interés suscitado por el marketing alrededor de ellos. La prueba más clara está en el Apple Watch que en el tercer trimestre de 2015 copaba el 17,5% y en el mismo periodo de este año no alcanza ni el 5%. Una cuota que mejorará este trimestre a juzgar por los récords mencionados por Tim Cook. Esta situación también se ha notado en las previsiones de venta de Fitbit que directamente han afectado a sus acciones.
Aún así todavía estamos en tasas de penetración muy bajas que en Europa no superan el 8,1%. Un índice que ofrece mucho camino por recorrer en un sector todavía inmaduro. Hay espacio para evolucionar y aportar ese valor que los consumidores requieren para que la compra no se quede en un cajón. ¿Lo conseguirán? Y lo más importante, ¿Se cumplirán los pronósticos para los próximos años?
