Casi tres de cada cuatro, esto es, el 74% de los directores financieros planea mantener al menos el 5% de sus empleados en puestos remotos después de la experiencia de teletrabajo vivida durante la crisis del COVID-19.
Tal y como se desprende de una encuesta realizada por Gartner a 317 directores y líderes financieros, el 74% tiene la intención de trasladar al menos el 5% de su fuerza laboral a la modalidad de teletrabajo una vez se vuelva a la normalidad tras el confinamiento vivido por el COVID-19.
Se trata de uno de los impactos que tendrá a largo plazo esta crisis como consecuencia de la pandemia y que cambiará, tal y como sostiene Alexander Bant, la forma en la que las empresas hacen negocios.
Los directores financieros, que están bajo presión para gestionar los costes de manera estricta, perciben claramente la oportunidad de aprovechar los beneficios de una fuerza laboral remota.
De hecho, casi una cuarta parte de los encuestados dijeron que trasladarán al menos el 20% de sus empleados a puestos de trabajo remotos permanentes.
Reducción de costes y flexibilidad
Sin duda, la situación de excepcionalidad que se vive a nivel global como consecuencia del COVID-19, está alterando muchas situaciones, tanto a nivel personal como profesional, además del enorme impacto económico que supondrá.
El teletrabajo se ha convertido en una ayuda para reducir costes minimizando el impacto negativo en las operaciones. Y para ello también están tomando medidas adicionales para apoyar a los empleados, como ajustándose a horarios de trabajo más flexibles. Esto supone una gran ayuda para minimizar las interrupciones a las que los trabajadores tienen que hacer frente como consecuencia de la crisis.
Además, los directores financieros también son conscientes de que la tecnología y la sociedad han evolucionado para hacer que el teletrabajo sea más viable para una amplia variedad de puestos, lo que les lleva a pensar que casi todas las actividades pueden ejecutarse fuera del puesto de trabajo físico en la oficina.
Según Gartner, el 20% de los encuestados apuntan que han diferido el gasto en tecnología en las instalaciones, con un 12% adicional que planea hacerlo. Asimismo, el 13% señaló que ya habían realizado reducciones de costes en los gastos inmobiliarios, y otro 9% planeaba tomar medidas en esta área en los próximos meses.
Imagen inicial | Kaitlyn Baker