Después de muchos meses de aparente euforia en torno a la inteligencia artificial (IA), con unas empresas que tenían claro que era una apuesta de futuro, parece que empiezan a aparecer signos de desconfianza, o al menos eso es lo que se puede concluir de una investigación llevada a cabo por Arize AI, que muestra que el 56% de las compañías de Fortune 500 considerar a la propia inteligencia artificial como un factor de riesgo en sus informes anuales más recientes.
El porcentaje del 56% de empresas de Fortune 500 que señalan a la IA como factor de riesgo supone un incremento de nueve puntos porcentuales en comparación con los datos de 2022. En contraste, solo 33 de un grupo de 108 empresas que formaron parte del estudio discutieron sobre si ver a la inteligencia artificial generativa (GenAI) como una oportunidad para ellas, con posibles beneficios como una mayor eficiencia de los costes, beneficios operativos y una aceleración de la innovación. Como resultado de este aparente poco entusiasmo, los dos tercios restantes señalaron la GenAI como un riesgo.
Sobre los presuntos riesgos de la inteligencia artificial, las empresas de Fortune 500 mencionan en sus informes financieros anuales de 2024 una mayor competencia, sobre todo debido a que las juntas directivas temen no poder seguir el ritmo de sus rivales. Otros posibles riesgos mencionados son problemas operativos o de reputación por quedar atrapados en cuestiones éticas sobre el impacto de la IA en los derechos humanos, el empleo y la privacidad, además de las cuestiones legales, regulatorias y de ciberseguridad.
Netflix ha advertido que sus rivales podrían obtener ventaja sobre ella por el despliegue de IA
Esto pone en evidencia la gran importancia que tiene en estos momentos la IA en el sector empresarial y que uno de los principales riesgos no está de cara hacia dentro, sino más bien hacia afuera, sobre todo porque la tecnología podría transformar de manera radical el panorama empresarial actual. Dicho con otras palabras, la revolución que podría suponer la IA sería equiparable a la de la expansión de Internet en su momento, que fue el vehículo que hizo que las grandes tecnológicas sustituyeran a las grandes petroleras como las mayores corporaciones del planeta.
Retomando el informe de Arize AI, más del 90% de las mayores empresas de medios y entretenimiento de Estados Unidos dijeron que los sistemas de inteligencia artificial que están experimentando un rápido crecimiento eran un riesgo comercial, una preocupación compartida por el 86% de los grupos de software y tecnología. Por otro lado, más de dos tercios de las empresas de telecomunicaciones del Fortune 500 y más de la mitad de las empresas atención sanitaria, servicios financieros, comercio minorista, consumo y aeroespaciales hicieron la misma advertencia a los inversores.
Con el fin de reducir la abstracción, Netflix ha advertido que sus rivales podrían obtener ventaja sobre ella por el despliegue de IA, lo que reduciría su propia capacidad para competir y afectaría negativamente tanto a sus resultados como a sus operaciones. Por su parte, Motorola ha comentado que la IA posiblemente no funcione siempre según lo previsto y que los conjuntos de datos utilizados pueden ser insuficientes, ilegales total o parcialmente, dañina u ofensiva, lo que repercutiría negativamente en sus ganancias y su reputación. La empresa de computación en la nube Salesforce repite algo que ha sido mencionado desde que la IA empezó a despegar: las cuestiones éticas.
Solo 33 de un grupo de 108 empresas que formaron parte del estudio discutieron sobre si ver a la inteligencia artificial generativa como una oportunidad para ellas
No todo es negativo en el informe, ya que los grupos de atención médica Quest Diagnostics and Cigna dijeron que la GenAI estaba mejorando partes de su negocio como el servicio al cliente, el procesamiento de muestras y el análisis de reclamaciones, mientras que la agencia de publicidad IPG dijo que estaba “agregando inteligencia para la creación de contenidos en todo el espectro del marketing”.
El estudio de Arize AI muestra que no todo es entusiasmo en torno a la inteligencia artificial y que muchas grandes empresas estadounidenses la ven como un riesgo, no solo de cara a su propia actividad, sino también y posiblemente sobre todo por unos rivales que podrían pasarles por encima. Esto muestra que la IA, como ya hemos dicho, puede ser una revolución equiparable a la expansión de Internet hace veinticinco años, impulsando una profunda transformación del panorama empresarial actual, pero viendo que todo esto procede principalmente de las grandes tecnológicas, lo suyo es pensar que muchas de las corporaciones más valiosas en la actualidad lo sigan siendo en el futuro, con la clara excepción de una NVIDIA que ha crecido muchísimo gracias a que se ha adelantado a sus rivales dentro del sector.