Ante un panorama regulatorio cada vez más complejo, las herramientas de inteligencia artificial (IA) ayudarán a conocer las implicaciones de la Ley Crea y Crece para los autónomos y pymes, así como su capacidad de adaptación a la misma, lo que llevará aparejado la implantación de la facturación electrónica, a partir del próximo año.
En este contexto, un reciente informe de TeamSystem evidencia que 9 de cada 10 negocios desconocen la nueva legislación que afectará a su actividad diaria, un marco legal que genera dudas y desconcierto entre pymes y autónomos, pero también entre las gestorías, que canalizan las facturas de 3 de cada 10 negocios.
Así, se prevé que la IA pueda ser un aliciente para que 9 de cada 10 autónomos y pymes a acelerar la factura electrónica el próximo año. Y por ello, Billin ha lanzado el primer asistente de IA fiscal y contable basado en algoritmos avanzados para ofrecer asesoramiento y servicios en materia de fiscalidad, facturación, contabilidad e impuestos.
Y es que el papel de la IA para promover una transición más fluida y segura a las nuevas exigencias es fundamental. Además, facilita el acceso a más información e iniciativas públicas como el Kit Digital o Kit Consulting con la que adaptarse a las nuevas regulaciones.
La IA abre nuevas oportunidades para mejorar la eficiencia y la productividad aplicada a una amplia variedad de tareas, que abarcan desde la automatización de procesos rutinarios y repetitivos, el análisis de grandes cantidades de datos y la reducción de errores humanos, hasta la toma de decisiones informadas y la mejora de la experiencia del cliente. Para empresas, esto se traduce en un ahorro de tiempo importante, permitiendo a los empleados centrarse en tareas de mayor valor agregado y la creación de nuevos negocios y servicios innovadores.
Sin embargo, aunque las herramientas de IA suponen un importante apoyo para mejorar la eficiencia y la productividad de empresas, los expertos también señalan que no pueden sustituir el know-how y la experiencia de asesores profesionales, que siempre tienen la última palabra, teniendo que verificar, revisar, corregir, integrar y aprobar los resultados propuestos por la máquina. La Inteligencia Artificial y el componente humano se complementan y potencian mutuamente.