Lejos de acabar con Windows XP, parece que los esfuerzos de Microsoft por acabar con este sistema operativo son en balde. Ya sea por el gasto que supone cambiar de software, la comodidad que aporta o simplemente porque se han pasado a Mac, los usuarios y empresas todavía no terminan por matar Windows XP.
Según cifras de Forrester en marzo de 2011, un 60% de los ordenadores corporativos tenían Windows XP. En el caso de los sobremesa domésticos, NetMarketShare apuntaba que en diciembre del pasado año, un 46% todavía tenían instalado este sistema operativo.
Así, por mucho que le pese a Microsoft, Windows XP sigue muy vivo en los ordenadores del hogar y empresas. Pero ¿por qué no desaparece de las corporaciones? Quizás las razones las podemos encontrar en diversas direcciones.
- Falta de opción. Vista fue un fracaso estrepitoso para los de Redmond y muchos usuarios se echaron para atrás a la hora de actualizar. Ahora con Windows 7 lo tienen más fácil pero quizás ya es tarde.
- IE ya no es tan importante. Aunque Microsoft hace tiempo que no actualiza su navegador para XP, muchos usuarios han suplido esta pérdida con otros software. La llegada Chrome ha hecho que en este mercado Internet Explorer ya no sea tan importante.
- Cuota Mac. La creciente demanda de dispositivos de Apple ha hecho que muchas empresas se decanten por esta opción y no necesiten adaptar su Windows XP a los nuevos tiempos.
- Windows 7 es más seguro que XP, pero ¿por qué?. Esto es lo que piensan muchas empresas que no tienen claro que Windows XP es una puerta abierta para las amenazas.
- Windows 64 bits no ayuda a los departamentos TI. Muchas aplicaciones o servicios empresariales no soportan esta edición de Windows por lo que muchas corporaciones se resisten al cambio para evitar problemas derivados de compatibilidad.