La combinación de las nuevas tecnologías lanzadas ponen en el horizonte un futuro más que interesante para el mercado PC. Un porvenir en el que se demuestra que el negocio de los ordenadores sigue importando pese al avance arrasador de tendencias como los wearables o el Internet de las cosas.
Computex 2015 está lanzando novedades en todos los frentes tecnológicos. Sin embargo, uno de los más movidos está siendo el del PC: el anuncio oficial del lanzamiento de Windows 10 para el 29 de julio, los nuevos procesadores de Intel o la nueva tecnología Thunderbolt 3 son la prueba.
En este sentido, Bob O’Donnell comenta en Tech Opinions:
«La combinación de todas estas tecnologías liderarán no solo el mejor equipamiento PC jamás visto sino también más flexibilidad, capacidad y expansión».
Bajo estas premisas, los nuevos lanzamientos interesan cada vez más. Pese a que Windows 10 no parece que vaya a ser el motor, si sienta un precedente que está captando la atención de fabricantes, canal y usuarios, en general.
Un negocio por revolucionar
Windows 8 intentó revolucionar el mercado del PC que lleva mucho tiempo estancando. El experimento funcionó tarde y a medias ya que los fabricantes reaccionaron mucho después con productos que finalmente se amoldaban a las necesidades de movilidad imperantes.
Windows 10 llega mucho más maduro. Un sistema operativo mucho mejor pensado con todo lo bueno de Windows 8, poco de lo malo y funciones adicionales como Cortana o el sistema biométrico Windows Hello. Con él, como decíamos, vienen otras tecnologías que realmente aportan un valor añadido.
Con todo ello parece que el momento de revolucionar el mercado PC si está llegando. Un cambio que reside en la integración de una única plataforma con servicios y oferta realmente adaptada a los nuevos dispositivos que están por llegar.
Ahora solo hace falta que esta nueva oleada de dispositivos e innovaciones se traduzcan en ventas. Una necesidad imperiosa para un segmento que ha pasado muchas tormentas pero que comienza a tener pequeños atisbos de luz, que sin ser espectaculares, permiten ser un poco optimistas.
