Google Cardboard podemos decir que fue la primera propuesta de realidad virtual de bajo coste. Las gafas de cartón de la casa de Mountain View, ya con opción de plástico, eran una salida interesante para acercar a aquellos interesados en el incipiente mercado. Una propuesta que ya es una más en un creciente mundo de posibilidades.
No hay más que echar un vistazo a la lista de ventas de Google Shopping o cualquier otra plataforma de venta on-line para darse cuenta de la enorme competencia que ha surgido en unos pocos meses. Dispositivos por menos de 40 euros que son una alternativa para los consumidores.
Los últimos en entrar en este terreno son Woxter. La compañía ha lanzado sus gafas de realidad virtual Neo VR5 compatibles con prácticamente todos los smartphones del mercado. Un modelos similar en apariencia a las referencias de las que más se hablan pero con una ventaja competitiva: su precio no supera los 40 euros.
El interés como arma comercial
Muchos fabricantes han aprovechado el tirón de referencias en dispositivos de realidad virtual para hacer negocio. Con las grandes previsiones que apunta el sector es lógico que muchas marcas, la mayoría blancas, hayan buscado quedarse con una porción del pastel.
Y es lógico. Muchos usuarios quieren experimentar la realidad virtual pero no están dispuestos o no pueden pagar los 900 euros que valen algunos de los modelos. De ahí que opciones más asequibles se conviertan en un filón para saciar la curiosidad.
Por el momento los grandes hitos han sido conseguidos por HTC Vive o Samsung Gear VR. Modelos que sirven para seguir aupando los 2 millones de dispositivos que se esperan para este año. Un prometedor nicho no solo en el área de consumo sino también en el profesional.