El gigante de Cupertino es una de las empresas más exigentes en todo lo relacionado con las prácticas que anulan la garantía de sus productos, tanto que la más mínima modificación o reparación llevada a cabo por terceros sobre sus productos podía suponer una pérdida total de aquella.
Hablamos en pasado porque Apple ha decidido suavizar un poco esa política. A partir de ahora si cambiamos o reparamos una pantalla rota o un cristal frontal quebrado en una tienda no autorizada no perderemos la garantía del terminal, aunque hay algunos matices importantes que debemos tener en cuenta.
Lo primero es que esa nueva pieza o componente que hayamos instalado en el terminal a través de terceros no estará cubierta por la garantía, de manera que si queremos cambiarlo por otro certificado por Apple tendremos que pagar el precio normal como si estuviera fuera de garantía.
Por otro lado también es importante tener en cuenta que si cualquiera de los componentes de terceros interfiere o impide llevar a cabo una reparación, que en principio estaría cubierta por la garantía y debería ser gratuita, el usuario tendrá que pagar los costes necesarios para resolver ese conflicto.
Esto no aplica a las baterías, y tanto el servicio técnico de Apple como los centros autorizados seguirán rechazando la reparación en garantía de terminales que presenten modificaciones hechas por terceros en componentes como la carcasa de aluminio, los conectores jack y Lightning, los botones, la placa lógica y las citadas baterías.
De momento este cambio sólo estará vigente en Estados Unidos y Canadá, aunque lo más normal es que acabe extendiéndose a otros países en los próximos meses.