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El Estado de Virginia legaliza los envíos con robots

envíos con robots

La idea de llevar a cabo envíos con robots no es algo nuevo que haya surgido de la noche a la mañana, sino más bien un plan que se ha ido gestando en la estrategia a largo plazo de algunos de los minoristas más importantes del sector tecnológico.

Ya tuvimos ocasión de ver que el estado actual de la tecnología permite dar forma a unidades de reparto plenamente robotizadas y funcionales, y que por tanto llevar a cabo envíos con robots es algo totalmente viable, siempre que la empresa cuente con los medios necesarios para cubrir la inversión que ello supone.

Sin embargo hay un gran obstáculo que todavía frena el desembarco y la implantación a gran escala de este sistema de reparto, y no se trata de los medios ni de los costes asociados al mismo, sino de su aceptación a nivel estatal y del desarrollo de la correspondiente normativa legal que permita apuntalar un uso perfectamente reglado.

En este sentido el Estado de Virginia ha llevado a cabo un movimiento pionero, ya que ha aprobado una ley que permite la utilización de robots totalmente autónomos como medio de reparto de pedidos y envíos de diferentes tipos, siempre que cumplan una serie de requisitos mínimos.

En primer lugar los robots no pueden tener un peso superior a los 22,6 kilogramos, tampoco pueden moverse a más de 16 kilómetros por hora y deben de estar monitorizados de forma remota por las empresas que los utilicen, para que en caso de accidente o cualquier otro tipo de problema puedan dar una respuesta rápida.

Hace unos años nos habría parecido propio de una película de ciencia ficción pero el futuro ya ha llegado al canal, y gracias a ello puede que muy pronto empecemos a recoger pedidos «de las manos» de robots totalmente automatizados.

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