El Model 3 es una de las apuestas más importantes de Tesla para este año, un coche totalmente eléctrico que supondrá el salto de la firma de Elon Musk al mercado de coches de última generación «económicos».
Entrecomillamos lo de económicos porque hablamos de un coche que obviamente no va a estar al alcance de todos los bolsillos, aunque es evidente que esos 35.000 dólares que costará el Model 3 suenan mucho mejor que los casi 70.000 dólares que cuesta un Tesla Model S con batería de 75 kWh.
No hay duda, va a ser un lanzamiento importante, pero sin embargo también va a ser una apuesta peligrosa. Según nos cuentan desde Business Insider Tesla se ha saltado una de las fases más importantes que se llevan a cabo antes de la entrada en producción de un coche.
En esa fase los fabricantes encargan prototipos económicos con materiales de bajo coste para probar que todo están bien resuelto en materia de diseño, es decir, que cosas tan simples como las puertas no sólo abren y cierran correctamente sino que además encajan sin problemas y que no quedan fisuras.
Pues bien, Tesla se ha saltado esa fase intermedia y ha entrado directamente a fabricar modelos con materiales definitivos. Este movimiento implica un riesgo claro, pero permite a la compañía mantenerse en la carrera por tener su Model 3 totalmente listo para un despliegue inicial durante el mes de septiembre.
El riesgo que asume Elon Musk salta a la vista, pero en su cabeza no cabe esperar seis o doce meses para preparar todo el terreno e ir «lento pero seguro», así que en cierta forma los compradores que recibirán esas 400.000 primeras unidades del Model 3 que reservaron serán una especie de «probadores beta».
Musk cree que esos primeros compradores serán más tolerantes a la presencia de posibles errores o fallos en esa primera hornada de Model 3, y que prefieren ese escenario a un retraso de varios meses, pero la realidad es que el riesgo que asume Tesla con este movimiento es grande, tanto que algunos creen que podría llevar a la compañía al abismo si algo acaba saliendo verdaderamente mal.
