La celebración del Mobile World Congress en Barcelona peligra seriamente. Aunque la celebración de la edición de 2018 parece asegurada, el organizador GSMA advierte de un posible cambio si no se garantiza «seguridad y estabilidad política», según destaca el diario La Vanguardia.
Ya conoces la situación de Cataluña: declaración unilateral de independencia, aplicación del artículo 155 y convocatoria de elecciones regionales anticipadas. No corresponde a nuestro medio análisis y opinión sobre la cuestión política, pero sí comentar las consecuencias catastróficas como la que supondría la retirada del Mobile World Congress de Barcelona.
El mayor evento mundial de móviles deja en Barcelona (y con ello en España) ingresos superiores a los 450 millones de euros, empleos temporales superiores a 13.000 y un prestigio que la capital catalana se ha sabido ganar.
«El Mobile amenaza seriamente con irse de Barcelona en el 2019»
El titular de La Vanguardia no deja lugar a dudas. El consejero delegado de la GSMA, John Hoffman, estuvo ayer en Barcelona en una reunión del patronato de la fundación Barcelona Mobile World Capital donde habló de «inquietud y temor» ante la situación política y comunicó que se estaban planteando la continuidad del MWC en su actual sede a partir de la edición del 2019.
El pasado mes, la GSMA confirmó la celebración en Barcelona de la edición de 2018 aunque ya explicó que “monitorizaría la situación de España y Catalunya y evaluaría cualquier impacto potencial en el Mobile World Congress y en la Mobile World Capital”.
Desde entonces la situación se ha agravado y la «estabilidad política» que pide la GSMA está lejos de alcanzarse. Además, es segura las presiones a la asociación de los centenares de empresas que la alimentan -incluidas algunas de las mayores tecnológicas mundiales- para evaluar alternativas. París y Berlín están al acecho y desde hace años vienen solicitando su celebración. Perder el MWC sería desastroso a todos los niveles.