De acuerdo con los datos de Eurostat recogidos por Backmarket, España solo recicla el 21% de la basura electrónica que produce. Este dato sitúa a nuestro país a la cola de Europa, donde la media de tratamiento de residuos se sitúa en un 35%.
La venta de dispositivos tecnológicos sigue creciendo exponencialmente, lo que conlleva que cada vez más se desechen más productos de este tipo, con el consiguiente riesgo que tiene para el medioambiente. En España, cada año se generan cerca de un millón de toneladas de residuos eléctricos y electrónicos (RAEE), de los que solo se recicla el 21%, es decir, 198.000 toneladas.
De acuerdo con Backmarket, esta falta de gestión de los residuos tecnológicos está provocando serios problemas dado la cantidad de elementos tóxicos que se encuentran en ellos como plomo, arsénico, cadmio, mercurio o fósforo, entre otros. Se trata de materiales que no son biodegradables, por lo que, su falta de tratamiento resulta perjudicial para el medioambiente ya que pueden acabar en los ríos, los mares o la tierra.
Thibaud de Larauze, CEO de Backmarket, apunta los enormes riesgos que esto conlleva a pesar de que entre el 70% y el 90% de estos materiales podrían reciclarse.
Muchos consumidores, en vez de acudir a los puntos verdes habilitados para deshacerse de los aparatos que ya no quieren, acaban tirándolos a la basura convencional.
Falta de conciencia medioambiental
Estos datos ponen de manifiesto que España es uno de los países europeos que menos recicla este tipo de productos electrónicos y tecnológicos. Por detrás, tan solo se sitúan países como Rusia y Rumanía, con tasas de reciclaje del 6% y del 13% respectivamente.
El estudio de Backmarket también deja constancia de otra problemática derivada de la falta de reciclaje de materiales electrónicos, como es el contrabando de este tipo de basura electrónica, lo que dificulta aún más su reciclaje y evitar el riesgo de contaminación medioambiental.
Se trata de un problema sobre el que hay que seguir concienciando ya que, solo el pasado año, se generaron más de 46 millones de toneladas de basura electrónica en todo el mundo, una cifra que se prevé que supere los 52,2 millones en 2021.
