Aunque el gobierno central está prácticamente parado sin presupuestos generales y ante las próximas elecciones del 28 de abril, la inversión TI dentro de la administración pública continúa su marcha en otras instituciones. Unos proyectos que, ante todo, se centra en los servicios de mantenimiento y, en menor medida, el hardware de comunicaciones.
Los últimos datos recogidos por Adjudicaciones TIC nos hablan precisamente de estas áreas tecnológicas de inversión. En lo que llevamos de año hasta el día de hoy se han adjudicado más de 371,5 millones de euros. De estos 129,5 millones de euros han ido a parar a servicios de mantenimiento, el grueso más importante de inversión.
Si vamos más al detalle de aquellos proveedores TI que están liderando los proyectos de servicios de mantenimiento en la administración pública nos encontramos con grandes nombres. Oracle, Indra, Fujitsu, IECISA o Altran son las referencias más destacadas.
Por detrás del gran montante de los servicios de mantenimiento, están la inversión en hardware especializado en comunicaciones que se lleva 73,6 millones de euros durante esta primera parte del año. En tercer lugar se quedan los servicios de consultoría en los que los organismos públicos han dedicado algo más de 48 millones de euros.
¿Y la transformación digital de la administración pública?
Cuestionarse si la administración pública se está transformando como lo está haciendo la empresa privada es más que lógico. Si nos atenemos a los resultados de este primer trimestre vemos que las inversiones en este sentido no son las más abultadas.
Con el primer trimestre prácticamente acabado vemos cómo está encaminada la inversión TI. Por el momento, lo evidente es que las adjudicaciones se están encaminando de una forma conservadora. La administración, con el foco puesto en los servicios de mantenimiento, busca conservar el equipamiento y soluciones tecnológicas con las que cuenta.
El foco está puesto en conservar más que en innovar
No obstante, también se ven visos de cambio. Los servicios de consultoría como tercera fuerza muestran la necesidad de estos organismos de entender qué está pasando en sus infraestructuras y sistemas para pasar al siguiente paso: el cambio. De hecho, todavía la adquisición de software de cualquier tipo representa un porcentaje mínimo del computo total.
Y es que aunque hablamos mucho de transformación digital, la velocidad de los organismos públicos no siempre es la que se desearía. Las trabas son múltiples, pero el problema final es que repercuten en todo el sistema. Servicios más lentos, menos adaptados a los ciudadanos y quizás lo más importante, que cuestan más a los contribuyentes.
