Antes de que un proyecto de implementación de nuevas tecnologías pueda considerarse un éxito, las empresas necesitan adoptar una amplia selección de herramientas. Sin un plan para abordar los problemas que muchas veces conlleva esta adopción, las organizaciones pueden perder dinero, tiempo y empleados.
La adopción fallida de nuevas tecnologías tiene una clara repercusión en los costes, pero también en los empleados, que ven como su frustración aumenta ante la falta de buenos resultados. Sin embargo, en estas ocasiones, los responsables tecnológicos y los equipos de TI pueden ayudar a los trabajadores a reinventar sus flujos de trabajo.
En 2021, las empresas tuvieron que hacer frente a casi 100 millones de dólares en gastos adicionales debido a una combinación diversos factores. A la marcha de empleados, como consecuencia de su frustración con la tecnología, se le unieron los a mayores costes para cumplir con los objetivos estratégicos, y la incapacidad de darse cuenta del valor total de las inversiones en aplicaciones.
Ante las adversas condiciones macroeconómicas, las empresas se apoyan en la tecnología
Esta es una de las conclusiones de un informe de WalkMe, que encuestó a casi 1500 líderes empresariales sénior. En él se pone de manifiesto cómo, ante las adversas condiciones macroeconómicas, las empresas se apoyan en la tecnología para dar un impulso a sus operaciones y el valor de sus negocios.
Y es que, a nivel general, la mayoría de las empresas de todo el mundo están aumentando su interés por invertir más en tecnologías que les permitan impulsar la eficiencia, ahorrar y hacer más con menos.
Sin embargo, es clave que los responsables de TI, que sufren las presiones presupuestarias, sepan invertir e identificar qué tecnología contribuirá a aportar mayor valor a la organización.
Nuevas tecnologías para nuevos retos
Saber identificar qué tecnologías son las más idóneas para cada empresa es fundamental. Sin embargo, se trata solo del primer paso.
Para los responsables de TI, que deben adaptarse a unos presupuestos, y para los responsables de negocio, que deben aportar valor a los clientes y dar resultados, elegir la nueva tecnología que cumplirá con estos propósitos es crítico.
No obstante, hacer que la gente haga uso de esas nuevas tecnologías, y lo haga correctamente para sacar el máximo provecho, será lo más difícil.
En muchas ocasiones, los empleados pueden tener dudas acerca de la introducción de nuevas herramientas en sus actividades diarias. Esto les lleva a aferrarse a aquellos procesos y tecnologías que ya conocen y saben utilizar y perciben cualquier cambio que se pretenda introducir como una complicación en su flujo de trabajo.
Es importante hacer comprender los beneficios que aportarán las nuevas tecnologías
Para evitar este rechazo y conseguir una adopción generalizada, los equipos de TI deben conectar con los usuarios finales cuyo trabajo se supone que mejorará gracias a una nueva herramienta.
En este sentido, es importante hacer comprender a las personas los beneficios que aportarán estas nuevas tecnologías, que su uso será sencillo de aprender y, de esto modo, se conseguirá el valor que se busca con estas mejoras.
Y es que, uno de los aspectos más importantes en el de despliegue de tecnología es la última milla. Los equipos de TI internos deben analizar los planes de implementación, la capacitación y cómo comunicar el cambio a los empleados. Por eso, la selección de tecnologías con una experiencia de usuario excepcional puede aumentar la probabilidad de una adopción generalizada.
Para los departamentos de tecnología, pasar de la resolución de problemas a la innovación, las habilidades blandas relacionadas con la experiencia del usuario son vitales. De ahí lo fundamental de que los equipos de tecnología se comuniquen con los empleados más nuevos como una forma de proporcionar una prueba de concepto para los demás. Esto permite que otros vean los beneficios sin tener que persuadir a los trabajadores que están atrincherados en procedimientos y herramientas más antiguos.
Imagen inicial | Sigmund
