La subida de precio de SSD tendrá efectos colaterales y limitará la capacidad de almacenamiento de los ordenadores portátiles, uno de los segmentos donde más extensión han alcanzado.
A medida que las SSD se fueron acercando a la paridad de precios con los discos duros, los principales fabricantes de PCs fueron adoptando en una mayor medida las unidades de estado sólido.
Especialmente en ordenadores portátiles. Uno de los segmentos donde mayor cuota ha alcanzado (hasta el 30%) y donde puede mostrar los beneficios de bajo consumo, temperatura y ruido, junto al alto rendimiento que ofrecen las SSDs.
El precio de SSD aumentó hasta un 10% en el último trimestre de 2016. Y según DRAMeXchange tras examinar el sector y la opinión de los analistas, puede subir entre un 20 a un 25 por ciento en el trimestre actual.
Ello tendrá influencia en la presencia de unidades de estado sólido en el segmento del portátil, explican en Computer World. No quiere decir que se eliminen, pero sí se retrasará el aumento de capacidad que la tendencia pronosticaba. Los fabricantes, para no tener que subir precios de los equipos, mantendrán SSDs con capacidad de almacenamiento de 128 y 256 GB, descartando unidades de 512 GB y 1 Tbyte.
También retrasarán el paso a las SSD conectadas a la interfaz PCIe, mucho más rápidas pero también más caras. Veremos cómo evoluciona el sector.