Las suscripciones son algo común en nuestras vidas. Nos suscribimos a la música en streaming, a la televisión o una cuota de telefonía como antes lo hacíamos con los libros o colecciones de dedales. Un modelo antiguo en muchos sectores pero recién en el sector de tecnología para empresas. Y es ahí donde todavía tenemos mucho que aprender.
Las ventajas del modelo por suscripción son muchas para el cliente: escalabilidad, continuidad de negocio o posibles mejoras sobre la marcha son las más evidentes. De cara al proveedor de servicios, la posibilidad de dar más servicios alrededor de un contrato también se vislumbran como una interesante oportunidad.
Sin embargo, todavía muchos partners no tienen claro cómo ofrecer este tipo de productos o soluciones para conseguir que sus clientes las vean atractivas. De ahí que te propongamos algunas ideas:
Por equipo
Ofrecer un servicio o solución por cada equipo. Quizás es la más común y sencilla de plantear, sobre todo, en soluciones de ofimática o gestión que de una forma u otra todos los trabajadores van a utilizar en su portátil, tablet o smarpthone.
Además de la solución en sí, podemos ofertar una serie de servicios de mantenimiento o soporte alrededor acorde con cada puesto de trabajo o necesidades del empleado. Una manera de dar más valor a la propuesta.
Por usuario
Una variante del anterior modelo. Mientras en el anterior tenemos en cuenta el número de dispositivos, en este solo nos fijamos en el usuario. De tal manera que si un empleado necesita 7 equipos en su trabajo y otro 1 nos dará igual, solo se cobrarán dos suscripciones. Una forma de simplificar mucho más la cuenta de cara al cliente final.
Al igual que en el anterior caso, rodear esta oferta de servicios tecnológicos de mantenimiento y soporte nos reportará grandes beneficios y una futura compra recurrente.
Volumen
Si necesitamos una determinada cantidad de suscripciones o precio fijo para que el proyecto sea rentable, esta es la opción. Podemos, por ejemplo, fijar el precio en 100 euros al mes por el uso de cierto software o solución sin importar si es mucho o poco. Un tipo de oferta que a medida que se necesiten más funcionalidades, incrementará el precio. Y es ahí donde está la clave.
A la carta
Seguir las reglas no está en el ADN de todos los clientes. Es por ello que muchos tienen claro qué precio están dispuestos a pagar una suscripción y por qué herramientas. En esos casos, dar la facilidad de elegir paquetes a la carta nos ayudará a crear una propuesta integral pero muy personalizada. Un verdadero plus, sobre todo, en pequeños negocios.
Modelo híbrido
Las fórmulas de suscripciones no siempre para todos los clientes. De hecho, algunos se sienten más cómodos teniendo ciertas cosas de manera tradicional e ir probando con otras áreas menos sensibles para su negocio. Una decisión válida en la que tenemos que contar con una propuesta híbrida.