El gigante del chip ha confirmado el fin de ciclo de vida de sus procesadores Broadwell-E, una generación que fue la sucesora de Haswell-E y la predecesora de Skylake-X.
La serie Broadwell-E utiliza el chipset X99 de Intel y el socket LGA 2011-v3, una plataforma que fue sucedida también por el chipset X299 y el socket LGA-2066 de Intel, que es la utilizada por los nuevos Skylake-X, más conocidos como Core Extreme serie 7800-7900.
Los procesadores que enfrentan por tanto su fin de ciclo de vida en las fechas concretas que hemos señalado en el párrafo anterior son los siguientes:
- Intel Core i7-6950X (10 núcleos y 20 hilos).
- Intel Core i7-6900K (8 núcleos y 16 hilos).
- Intel Core i7-6850K (6 núcleos y 12 hilos).
- Intel Core i7-6800K (6 núcleos y 12 hilos).
Intel aceptará pedidos de esos cuatro procesadores hasta mayo de 2018 y realizará envíos hasta noviembre de ese mismo mes. Una vez cumplidas esas fechas desaparecerán de la cadena de suministros pero puede que no del canal, ya que siempre cabe la posibilidad de que algún minorista tenga stock acumulado.
El fin de ciclo de vida afecta tanto a los procesadores en su versión «boxed», que es la que se distribuye con caja en el canal minorista como a la versión «tray», que es aquella que se entrega a los montadores de equipos (OEM).
Con los procesadores Skylake-X en el mercado es normal que Intel haya decidido poner fin a los procesadores Broadwell-E, ya que éstos no tienen sentido con los primeros en el mercado.