GTA V, el videojuego de acción-aventura en mundo abierto, se ha convertido en el producto de entretenimiento más rentable de la historia tras generar 6.000 millones de dólares, según un artículo de marketwatch donde analizan el éxito del título y en general la fuerza del sector del juego y por consiguiente, la oportunidad que sigue suponiendo para el canal.
Desarrollado por Rockstar North y distribuido por Take-Two Interactive, Grand Theft Auto V fue la segunda producción de videojuegos más cara de la historia cuando se publicó en 2013. Sólo en las primeras 24 horas de su lanzamiento, la recaudación ya había triplicado su presupuesto al recaudar 800 millones de dólares. Actualmente, lleva vendidas más de 90 millones de copias y sigue generando ingresos millonarios, cerrando 2017 como el sexto juego más vendido en Estados Unidos de acuerdo con los datos de NPD.
No hay otra pieza de entretenimiento que se le acerque. Ni siquiera películas de alto impacto como Avatar o Star Wars que se quedan en la mitad de esos ingresos. También sorprende la longevidad del juego. Dicen los analistas que en comparación con producir películas, los videojuegos son una industria rentable en parte porque «su desarrollo se presta a un enfoque de lo que funciona y lo que no funciona para aumentar las ganancias».
Los juegos gozan de una posición de privilegio ya que su contenido es interactivo, lo que les permite obtener información basada en datos para ajustar el modelo comercial que beneficie a los jugadores y a los estudios.
También destacado el mundo en línea del juego, donde los jugadores gastan dinero real en componentes «permitiendo al desarrollador reinvertir recursos para desarrollar más y mejor contenido alimentando un ciclo virtuoso«, comentan.
Obviamente, GTA V es el máximo exponente de rentabilidad en videojuegos y no hay ningún otro que pueda hacerle sombra. Sin embargo, es un ejemplo de lo que puede ofrecer la primera industria mundial del entretenimiento, capaz de superar los ingresos combinados del cine y de la música. En 2017, sólo en software, los consumidores gastaron 36.000 millones de dólares para un aumento interanual del 15%.