Tras experimentar una subida considerable como consecuencia de la baja capacidad productiva y la etapa de transición a nuevos procesos en la que se encontraban algunos de los grandes del sector el precio de la memoria NAND Flash empezó a bajar, una situación que podría cambiar muy pronto por la elevada demanda de SSDs que vive el mercado.
Esperamos que los precios de este tipo de unidades de almacenamiento sigan bajando durante el segundo trimestre del año, pero esta tendencia podría cambiar a partir del tercer trimestre del año gracias a esa alta demanda de SSDs procedente del mercado de consumo general.
Es importante tener en cuenta que esto no quiere decir que nos encontremos en una situación complicada o que la capacidad productiva esté siendo de nuevo insuficiente para cubrir la demanda, sino que simplemente ésta es tan elevada que limitará el impacto del exceso de oferta en el que había ido cayendo el sector, y por tanto habrá una cierta estabilidad en lo que a precios se refiere.
Según fuentes que han sido contrastadas el precio de los SSDs ha caído hasta en un 50% desde noviembre de 2017 (dato de Khein Seng Pua, presidente de Phison Electronics), pero esto ha generado un efecto rebote muy claro.
Los SSDs ofrecen una serie de ventajas muy importantes frente a las unidades HDD tradicionales, como mayor rendimiento y menor consumo. Su bajada de precio ha animado a muchos usuarios a comprar este tipo de unidades de almacenamiento y con ello la demanda ha crecido hasta volver a afectar a los precios de venta.
Todavía es pronto para concretar con precisión las consecuencias que tendrá este aumento de la demanda, pero algunos creen que no se limitará a estabilizar los precios sino que éstos podrían llegar a subir ligeramente.
