Vivimos en la era de los datos digitales. La transformación digital ha hecho que empresas, usuarios y cualquier otro ente generen a diario información en la red. Una información que hace que las empresas tengan que navegar y navegar para rentabilizarlo.
A estas alturas sabemos que los datos son uno de los activos más relevantes dentro de una organización. El nuevo petróleo de las empresas está ahí para ser extraído, gestionado y aprovechado para mejorar procesos, tomar decisiones con sentido o adelantarse al propio mercado.
Sin embargo, todavía no siempre es posible aprovechar este potenciar. Y es que surgen retos que no dejan ver o alcanzar el dorado de la era de los datos. Veamos dónde están estos desafíos.
La marabunta de datos y más datos
El 62% de las empresas en Europa se sienten abrumadas por la cantidad de datos que manejan, apuntan desde una encuesta. No es para menos.
Gestionar la cantidad de datos que se generan a diario es inasumible para cualquier empresa. Se calcula que se generan aproximadamente 3 trillones de datos al día. Una cifra que no para de aumentar y que supone una verdadera avalancha de información y supone el principal reto para las compañías.
Fuente heterogénease híbridas
Y es que lejos de provenir todos los datos de una misma fuente, cada vez hay más opciones en las que las empresas pueden encontrar datos interesantes para sus negocios. Desde las internas con toda la información que a diario manejan sus propios empleados hasta las externos como pueden ser informes de terceros, redes sociales o noticias de competidores, entre otras.
Además, nos encontrar en un entorno híbrido y multicloud con un 75% de las empresas españolas apostando por estos modelos. Las empresas tienen cada vez más a utilizar diferentes proveedores tecnológicos y trabajar con diversas aplicaciones empresariales, lo que dificulta aún más la gestión unificada de los datos.
Con tantas fuentes diferentes y sistemas, encontrar el equilibrio entre no perderse en la marabunta de los datos y encontrar aquellos que pueden ser provechosos para el negocio es la clave. Una combinación estratégica donde apostar por un proveedor de infraestructura revalidado por la industria supone una ventaja.
Análisis minoritario
El 11% de las empresas españolas aseguran que analizan grandes cantidades de datos, según un estudio realizado por el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (Ontsi). Y es que aunque llevemos años hablando de Big Data y sus evoluciones como el Business Intelligence o Analytics, lo cierto es que seguimos explotando muy parcialmente todos los datos generados.
Si miramos la situación a nivel más general, un estudio de IDC aseguraba que tan solo el 5-10% de los datos generados son explotados por las empresas. Una cantidad ínfima en la que se pueden desaprovechar mucha información ventajosa para los negocios.
Estructuración
Alcanzar el estadio de datos estructurados para toda la información que tienen las empresas es casi una utopía, pero a la vez también un reto. Y es que aquella información que está altamente organizada permite una búsqueda, análisis y uso mucho más sencillo que para aquellos datos no organizados que suponen mucho más complicados de utilizar y procesar.
En este contexto las empresas deben entender qué datos son importantes para su negocio y cuáles, no. Separar la paja del grano para encontrar el verdadero valor que necesitan en plena era de los datos digitales.
Tecnología inadecuada
Y si los datos son importante, también lo es la infraestructura que lo soporte o la solución que los gestione. Y es que la tecnología que respalde la estrategia de administración de la información es clave para que funcione.
Así lo ven las propios organizaciones. En una encuesta realizada por Hitachi Vantara, el 71% de las empresas están preocupadas porque su infraestructura actual no sea capaz de adaptarse a las necesidades futuras de su compañía. Y el 65% está preocupado por las capacidades que puede tener sus sistemas a la hora de recuperarse frente a un ransomware.
En este punto, es esencial encontrar una infraestructura de datos digitales que ofrezca seguridad, rendimiento, escalabilidad y flexibilidad a partes iguales. También que esté preparada para cubrir los retos medioambientales exigidos en cuanto a eficiencia energética.
Por ello, contar con una solución preparada para rendir al máximo, ser escalable y especialmente, poder gestionar y estructurar los datos es más importante que nunca.