Hay una delgada, pero importante línea entre las soluciones tecnológicas que se venden y lo que realmente hacen en la práctica. Y es que no siempre esa línea es tan delgada y puede provocar más de un encontronazo con el cliente final. Parece que es justo donde podríamos estar con las soluciones que incorporan Inteligencia Artificial (IA), en un momento en el que todo se está gestando, pero hay pocas soluciones IA sólidas de verdad.
Y es que de un tiempo a esta parte todo es IA. Todos los fabricantes de referencia nombran esta tecnología en sus nuevos lanzamientos, nuevas funcionales y siempre ocupa algún titular, ya sea por lo anecdótico o su potencial.
Por supuesto, no es la primera vez que vivimos este manoseo de un concepto tecnológico. Ya lo hemos visto con otras tendencias como el cloud o el big data. La historia se repite y volvemos a ver los mismos fenómenos en el sector TI.
Y es que no hemos hecho nada más que comenzar a hablar de IA y ya parece que todo gira a su alrededor. Pero nada más lejos de la realidad.
Si ponemos las cifras de negocio sobre la mesa vemos que hay un negocio que gestándose, pero es más lo que está por llegar. El tamaño de la inteligencia artificial en el mercado global se estipula que en 2023 los ingresos serán de algo más de 105.000 millones de dólares. Un volumen que en 2027 podría alcanzar los 407.000 millones de dólares, con una tasa de crecimiento hasta esa fecha del 36,2%.
La IA supondrá un 2,4% del negocio TI global en 2023
Si lo comparamos con otros negocios vemos que la cifra es todavía reducida. El 5G, por ejemplo, alcanzará un volumen de más de 291.000 millones de euros a nivel global. Y eso que también es un mercado que está comenzando. Para 2027 podría suponer un nicho de 574.000 millones de euros.
Si nos vamos a mercados más maduros vemos aún más la diferencia. Por ejemplo, la computación en la nube espera alcanzar para 2027 los 1,4 trillones de dólares americanos (millones de millones europeos). Y los servicios cloud alcanzaron solo en los tres primeros meses del año una cuantía de 63.7000 millones de dólares. Para este 2023 se espera que solo los servicios asociados a la nube pública alcancen los 600.000 millones de dólares.
Si nos vamos a la inversión IT total prevista para 2023, vemos que Gartner prevé un montante que asciende a los 4,3 billones de dólares (millones de millones europeos), por lo que podríamos decir que la IA supondría 2,4% del negocio tecnológico global.
De lo que ya hace la IA a lo que hará
La IA se ha convertido en una herramienta que ya está presente en la automatización de ciertos procesos de programación, en la mejora de informes o la detección y respuesta ciberamenazas. Una presencia parcial y en muchos casos, residual dentro de una solución TI.
Y es que aunque las máquinas de innovación de los fabricantes están a pleno rendimiento y la propia comunidad, alentada por gigantes como Microsoft, Google u OpenIA, está construyendo a marchas forzadas soluciones IA, estamos lejos de convertirlo en la norma dentro del sector tecnológico.
No obstante, muchos fabricantes ya están vendiendo a su ecosistema de partners como la era de la IA que, aunque llegará, todavía no está aquí. Es un marketing que vende, pero no demasiado real y eso puede ocasionar problemas a la larga para el canal de distribución, ya que sin tener una solución real con IA pueden llevar a falsas expectativas en sus clientes finales.
Además, como pasa con cualquier tecnología emergente, faltan casos de uso donde ver que la IA provoque negocio. Comenzamos a ver algunos, pero no suficientes para que los partners puedan aplicarlos a sus negocios o clientes verticales.
Claramente, detrás de la IA hay un cambio tecnológico revolucionario fundamental y que va a llegar. Pero tiempo al tiempo. Una transformación de la que tan solo hemos visto la punta del iceberg y donde hará falta tiempo e I+D para llevarla al máximo nivel. Y es ese tiempo el que debemos dar para conseguir que todo lo que esperamos que consiga la Inteligencia Artificial sea menos humo y más negocio real.
