Así de rotundos podemos ser si nos ajustamos a las cifras que aportan las empresas en cuanto a ciberataque. Y es que casi ninguna organización se ha librado de sufrir un incidente de este tipo en los últimos meses. El principal problema que parece que criminales y responsables de IT se mueven «a ritmos diferentes».
A través de la automatización, los modelos de ciberdelincuencia as a service, la adaptación y la suplantación sigilosa, los adversarios están acelerando, y ya son capaces de ejecutar una amplia gama de ataques sofisticados a escala. Teniendo en cuenta que el 94 % de las organizaciones sufrieron algún tipo de ciberataque en el último año, todas las empresas (independientemente de su tamaño o ingresos) deben dar por sentado que serán víctimas en 2023.
En el documento que te presentamos hoy verás por qué los responsables de la seguridad son incapaces de seguir el ritmo, frenados por la escasez de expertos, un volumen abrumador de alertas y demasiado tiempo dedicado a la respuesta a incidentes.
El 93 % de las empresas considera un reto las tareas esenciales de ciberseguridad
De hecho, la mayoría de las organizaciones tienen dificultades para poner en práctica la detección y respuesta a amenazas, y el 93 % considera que la ejecución de las tareas esenciales de las operaciones de seguridad es un reto. Un espacio perfecto para que los partners lo tomen como una oportunidad.
Cómo hacer frente al ciberataque
En este whitepaper sobre «El estado de la ciberseguridad 2023: el impacto de los adversarios en el negocio«, también te mostramos cómo puedes hacer hacer frente a la situación de cibercriminalidad.
El enfoque de ciberseguridad se puede resumir en tres pasos: implantar un proceso de respuesta a incidentes más escalable que acelere el tiempo de respuesta, potenciar las defensas adaptativas para frenar a los adversarios, y crear un círculo virtuoso que mejore la protección y reduzca los costes.
A partir de ahí contar con una solución a medida de las necesidades del cliente y una actualización proactiva serán los ejes fundamental para que un ciberataque no suponga el fin de ningún negocio.