Comprar un ordenador o un ratón por Internet es una práctica cada vez más habitual. Los últimos datos de la CNMC hablan de un negocio on-line que ya ingresó 5.948 millones de euros en España en el segundo trimestre de 2016. Un 20,3% más en su tasa interanual que relevan el buen ritmo del comercio electrónico gracias a sectores como la tecnología.
Justamente, la compra de productos y servicios tecnológicos es un ámbito de gasto on-line. Por debajo de todo lo relacionado con viajes y moda, está este segmento que, según la CNMC, reporta representa el 3,2% de las 92 millones de transacciones realizadas en el intervalo analizado. Un análisis que solo habla de ordenadores y software. Si nos referimos a volumen de ventas, el 2,7% provinieron de dispositivos electrónicos y electrodomésticos. Un repunte que seguramente fue mucho mayor en trimestres posteriores con citas como el Black Friday o CyberMonday.
3,2% de las compras on-line fueron de ordenadores y software
Los datos de DigitasLBi extraídos por Statista dan más cifras interesantes. El valor medio gastado en tecnología en España es de 133,62 euros. Una cifra lejana a los 342,96 euros que se invirtieron en viajes y tiempo libre pero mucho más representativa que la de cultura y entretenimiento de 31,36 euros.
El reto es claro
Aunque es cierto que todavía la compra física tiene mucha relevancia en España, los datos demuestran el acelerado incremento trimestre a trimestre. Una evolución que nos habla de ingresos importantes a través de la compra on-line, pese a que la tecnología representa unos porcentajes bajos.
Pero el cambio de los consumidores no va acompasado con el de los vendedores. La industria está un paso por detrás. Grandes como Media Markt, El Corte Inglés o Amazon han tomado la delantera. Sin embargo, los problemas suscitados en épocas de máxima demanda como el Black Friday demuestran que ni el sector ni las industrias que este impulsa -véase la logística- están preparadas para asumir esta oleada. Tan solo una marejada si nos atenemos a las estadísticas frente al tsunami que se prevé.
El reto sigue siendo el mismo: adaptarse al comercio electrónico en todas sus áreas. Experiencia de cliente, omnicanalidad o logística son palabras que cobran más fuerza que nunca y donde los vendedores tecnológicos tienen que dar «el do de pecho» para liderar la transformación digital.