Abrirse a nuevos nichos de venta es una práctica habitual en las operadoras. Todos los grandes lo hacen convirtiéndose así en muchos casos en un proveedor tecnológico más que un operador de telecomunicaciones al uso. Es el caso de AT&T que ahora podría estar valorando vender su unidad de seguridad doméstica, pese al tirón comercial del momento.
Aunque oficialmente no se ha confirmado nada, los rumores se han activado hablando de una posible operación de 1.000 millones de dólares. Esta cantidad podría ayuda a solventar, en parte, la deuda adquirida por la operadora por la compra de Time Warner.
La división Digital Life que creó en 2013 para vender videovigilancia y sistemas de sensores. En 2016 reportó unos ingresos de 163.800 millones de dólares con entre 400.000 y 500.000 clientes.
Seguridad ¿sí o no?
Pese a estar dentro de un nicho de enorme potencial, los rumores que apuntan a la salida de AT&T muestran que en la venta de seguridad doméstica no todo vale. Y eso que estamos ante una de las principales operadoras de Estados Unidos con millones de clientes repartidos por todo el territorio. Pero esa fuerza no es siempre suficiente.
La oleada IoT ha hecho que la tecnológica doméstica se convierta en una zona de interés para los consumidores. Tanto es así que el 48% está dispuesto a comprar dispositivos para su casa siendo todavía el ratio muy bajo de aquellos hogares considerados «smart» y mucho más limitado cuando hablamos de seguridad doméstica.
El nivel de concienciación respecto a la seguridad es relativamente bajo. Las empresas comienzan a percatarse de la necesidad de proteger sus sistemas, equipos y servidores mientras que los consumidores finales están empezando a entender que es necesario poner barreras a los malos.
Sin embargo, esta situación no parece ser suficiente para mantener la infraestructura creada por la operadora. Un monstruo de las telecomunicaciones que mira a otros espacios como el entretenimiento o los servicios empresarial con mucha más rentabilidad.
Imagen | Scott Webb
