Cada día se desechan televisores, ordenadores, teléfonos, tablets, lavadoras o neveras en España. Un volumen de residuos tecnológicos que según el informe ‘Global E-waste Monitor 2017’ de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU) supone 20 kilos por español. La cantidad podría subir hasta los 25 kilos en 2025.
Y es que el aumento de residuos tecnológicos viene acompañado por la creciente de demanda de nuevos dispositivos electrónicos. Un dato preocupante por el fuerte impacto perjudicial que esto tiene para el medio ambiente. A este respecto Thibaud de Larauze, CEO de Back Market añade:
Se trata de un dato preocupante ya que la producción de residuos derivados de electrodomésticos y todo tipo de equipos informáticos y de telecomunicaciones está creciendo ya a mucha más velocidad que la de los residuos urbanos».
Si esas previsiones se cumplen, desde Back Market han estimado que en 2025 nuestro país será responsable de la producción de más de 1,16 millones de toneladas de basura electrónica solo en ese año, superando la barrera del millón (actualmente son alrededor de 950.000 las toneladas). Esto situaría a España entre los 14 países europeos que más desechos tecnológicos, después de Alemania, Suiza, Países Bajos, Dinamarca, Suecia, Noruega e Islandia.
Problema mundial, solución local
La problemática de los residuos tecnológicos afecta a nivel mundial. Según el estudio del BIR, de continuar en esta línea en el 2025 el mundo tendrá que hacer frente a los 53,9 millones de toneladas.
En España hace tiempo que se comenzaron a tomar medidas. El Real Decreto 110/2015 sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos se encarga de regular el tratamiento de estos aparatos. En la última modificación de hecho se introdujo la obligación de gestionar los cartuchos y tóners de tinta usada.
Sin embargo, queda mucho por hacer. Todavía muchos vendedores no han tomado medidas reales para evitar el impacto de esta basura tecnológica en el medio ambiente y muchos consumidores no son conscientes, por desconocimiento u otras razones, de la necesidad de tener un consumo responsable y sostenible.
Imagen | Fabian Grohs
