El negocio de los wearables va creciendo poco a poco a medida que los fabricantes siguen mejorando sus productos y los usuarios se van aclimatando a llevar puesta la tecnología. Sin embargo, las buenas cifras que se esperan se contradicen el uso real que los consumidores le dan.
El estudio realizado por Endeavour Partners pone sobre la mesa este tema: ¿Cuántas personas usan los wearables que se compran? ¿Realmente son útiles para el día a día? A juzgar por los resultados, la respuesta es un no y el futuro de la tecnología «ponible», tal y como la conocemos, incierta.
En el mercado estadounidense, 1 de cada 10 consumidores mayor de 18 años tiene un dispositivo wearables, sobre todo, relacionado con la actividad física. Sin embargo, cuando vemos el índice de uso una vez comprado, nos damos cuenta de que quizás no son tan útiles como pensábamos.
De hecho, después de 15 meses desde la compra menos del 50% de los usuarios sigue utilizando el producto. Un valor que sigue cayendo y cayendo a medida que pasa el tiempo. Un período que si nos ponemos a pensar, puede ser similar al de un smartphone.
Los consumidores eligen estos productos en base a 9 criterios: adopción, diseño, experiencia del servicio, comodidad, calidad, experiencia de usuario, integridad, compatibilidad con el ritmo de vida y utilidad completa. Sin embargo, no son suficientes para mantener el uso a largo plazo.