La presentación oficial del Galaxy S8 se producirá en un evento especial una vez terminado el MWC, de acuerdo al anuncio realizado por el responsable de la división de móviles de Samsung al Korea Economic Times.
Confirmación oficial que esta edición del congreso mundial de móviles de Barcelona no acogerá la presentación del nuevo tope de gama de Samsung como había venido sucediendo años anteriores. El motivo es conocido: el desastre del Note 7 y la necesidad de asegurar que el problema con las baterías no se repita.
Samsung sí realizará una presentación del modelo en vídeo y utilizará el congreso de Barcelona para anunciar la fecha del evento dedicado donde realizará la presentación oficial. Por supuesto, la compañía presentará otros terminales y dispositivos, como el tablet Galaxy Tab S3.
La importancia del Galaxy S8
El Galaxy S8 es el mejor antídoto para superar una crisis de reputación importante, pérdidas financieras y castigo en bolsa por la cancelación de la producción y venta del Note 7.
Aquí es donde entra el Galaxy S8, con el que Samsung quiere ofrecer el mejor móvil inteligente de la historia. Una serie que repetiría las dos versiones del S7 con pantallas Super AMOLED, «sin bordes», con tamaños de 5,1 pulgadas y 5,5 pulgadas y ambos con diseño “edge” con curvas en los laterales.
Otro de los cambios llegaría de la eliminación del botón físico de inicio que Samsung ha montado en todos sus móviles inteligentes hasta la fecha.
La utilización del Snapdragon 835, estrenando el que se supone será el chip móvil más potente y avanzado del mercado móvil para la primera parte de 2017, sería otro de sus activos. Una información que se da por segura después del anuncio de la alianza de Qualcomm y Samsung por el que éste fabricará los chipsets del primero en procesos avanzados FINFET de 10 nanómetros.
Galaxy S8 contará con doble sensor de cámara, Android N, soporte para la plataforma de realidad virtual Daydream y la introducción del asistente personal Viv, similar al Google Assistant. Un auténtico superphone con previsión de vender 60 millones de unidades y con el que Samsung debe remontar el fiasco del Note 7.