Justo cuando las previsiones trimestrales de Samsung hablaban de un periodo de récord en beneficios, su CEO y vicepresidente corporativo, Kwon Oh-hyun, anuncia su retirada de todos sus cargos. Aludiendo a una crisis «de dentro hacia afuera», el directivo presenta su dimisión que evidencia que quizás no todo está tan bien en el fabricante como cabría pensar.
Aunque todavía sin un sucesor oficial, el ejecutivo dimita de todos los cargos con el siguiente comunicado donde explicaba la situación:
«Es algo que he estado pensando largo y tendido desde hace bastante tiempo. No ha sido una decisión fácil, pero siento que ya no puedo posponerlo. A medida que nos enfrentamos a una crisis sin precedente de dentro hacia fuera, creo que ha llegado la hora para que nuestra empresa empiece de nuevo, con un nuevo espíritu y un liderazgo joven que responda mejor a los retos cambiantes que exige la industria de TI».
Las alusiones a una «crisis sin precedentes» van claramente enfocadas a los problemas asociados con el encarcelamiento del ex vicepresidente de Samsung y heredero hace menos de dos meses, por corrupción soborno y malversación.
El escándalo con su directivo le caía a la compañía después de salir de la crisis de reputación en 2016, marcada por el caso Galaxy Note 7. Una batalla vencida gracias a la buena acogida de los Galaxy S8 y Note 8 que le ha hecho volver a repuntar en el sector.
¿Y el futuro?
Quizás lo más interesante de este hecho es el comentario de Kwon Oh-hyun respecto a la incapacidad de liderar lo que está por venir. Un porvenir donde hasta ahora Samsung ha demostrado que es un gigante de los chips, la telefonía móvil y las pantallas. Sin embargo, ¿Qué hará en el futuro?
Por lo pronto, su posición dominante mundial en el mercado de la telefonía móvil sigue ahí. Sus datos incluso crecen en territorios como España o Estados Unidos, pese a los buenos registros de su inmediato competidor.
Pero si hay un terreno donde el fabricante está haciendo dinero ese es el de los semiconductores. Superando a Intel como productor mundial, Samsung es líder absoluto en la venta de SSDs y en general, en todo lo que tenga que ver con almacenamiento flash y memorias. Un posicionamiento que le hizo ingresar 7.200 millones de dólares en el segundo trimestre.
Por su parte, las pantallas, donde se integran el negocio de televisores o señalización digital, también cuenta con un lugar privilegiado que le ayuda a sostener cifras. Por detrás, también están otras unidades como la de electrodomésticos.
Con los resultados en la mano, es evidente que el camino más rentable para Samsung es seguir potenciando su unidad de semiconductores. Ahora está por ver si estas divisiones son suficientes para continuar en la posición que ostenta a nivel tecnológico. ¿Lo será? ¿Crees que esta dimisión supondrá algún cambio más importante?