El GeForce Partner Program ha generado una fuerte polémica y es comprensible, ya que se trata de una «opción» que NVIDIA ha ofrecido tanto a OEMs como a ensambladoras de tarjetas gráficas que les permite obtener importantes ventajas a cambio de una serie de condiciones.
En este artículo ya vimos algunas de esas ventajas, aunque sin duda las más importantes son la posibilidad de obtener publicidad gratuita y la prioridad en el suministro de GPUs, algo que con la alta demanda que todavía se mantiene por parte del sector del minado de criptodivisas ha adquirido más importancia que nunca.
Para poder acceder al GeForce Partner Program es necesario cumplir una serie de requisitos importantes, entre los que destaca sobre todo la obligación de agrupar únicamente productos GeForce alrededor de una marca determinada. Por ejemplo si ASUS quiere acogerse a ese programa tendría que utilizar únicamente soluciones NVIDIA en su línea de productos Republic of Gamers y excluir las alternativas Radeon de AMD.
La solución para ASUS sería agrupar todas las tarjetas gráficas Radeon bajo la marca ARES, un tema que también tuvimos la oportunidad de tratar en este artículo.
Esta imposición no ha gustado a nadie y es normal, ya que tiene tintes monopolísticos y resulta contraria a las leyes de libre competencia y libre mercado. Con esto en mente no es extraño que gigantes como Dell, HP e Intel hayan mostrado su rechazo al GeForce Partner Program.
Por su parte Intel está considerando la posibilidad de tomar medidas legales contra NVIDIA por dicho programa, aunque parece que todavía no hay nada definitivo.