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El reto de securizar la Inteligencia Artificial

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Después de tanto repetir el concepto, la Inteligencia Artificial se ha convertido en un término que suena. Aunque no sepan exactamente qué conlleva, muchos consumidores lo han oído. Otra cosa muy diferente es que tengan claro que sea una tecnología sea tan transparente y segura como necesitarían.

El auge de dispositivos, servicios y herramientas alrededor de la Inteligencia Artificial han puesto en el punto de mira la tecnología que capacita a las máquinas a interactuar como si fueran personas. Los chatbots o los altavoces inteligentes son pruebas factibles que tan solo son la punta del icerberg de esta innovación.

El avance de la Inteligencia Artificial promete ser un negocio muy jugoso. Para este año se apunta a unos 19.200 millones de dólares mientras que la cifra podría llegar a los 52.200 millones de dólares en 2021.

Sin embargo, a medida que crecen las expectativas entorno a este nicho avanzan también las preocupaciones. Casos como el escándalo de Facebook y Cambridge Analytica ponen de manifiesto que la privacidad no está tan controlada como debería. Una percepción que también tienen el 81% de los consumidores que espera que las compañías sean más transparentes con el uso de la Inteligencia Artificial, según una encuesta de Rich Relevance.

La seguridad, en tela de juicio

Pero la preocupación por la ausencia de privacidad en un entorno de Inteligencia Artificial no es nada compara con la que debería dar la falta de seguridad en muchos entornos AI.

Con el avance de la Inteligencia Artificial muy en paralelo con el IoT también se aceleran las nuevas amenazas que pueden surgir. Desde los hackeos de relojes inteligentes o cámaras de videovigilancia hasta la entrada en sistemas industriales o documentos corporativos de máxima confidencialidad. Brechas que pueden poner en jaque cuestiones tan vitales como la familia o los negocios, tal y como nos puntualizaba Josep Albors, responsable de investigación y concienciación de ESET España.

El problema lleva tiempo poniéndose sobre la mesa con informes que especifican errores críticos en software de Inteligencia Artificial, problemas de cifrado en las conexiones utilizadas y otros agujeros que hacen que estas tecnologías se conviertan en un filón muy interesante para los ciberdelicuentes en terrenos tan delicados como las finanzas o la administración pública.

Por ello con el aumento de interacciones con las máquinas aumenta el reto de proteger los sistemas. No solo por el deber como proveedor sino por la necesidad de no poner en jaque la privacidad de empresas, clientes o el propio negocio. Un desafío donde hay mucho que aprender.

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Coordinadora editorial de MuyCanal. Danzando día a día entre partners, mayoristas y fabricantes para profundizar en el canal de distribución tecnológico.