Aunque el impacto de la crisis de semiconductores que está ocasionando la escasez de componentes y, en consecuencia, de muchos productos que dependen de chips, seguirá notándose en los próximos meses, su duración podría finalizar en 2023.
Según las previsiones que manejan los fabricantes de televisores de ultra alta definición (UHD), la crisis de semiconductores podría tener los días contados. De cumplirse los pronósticos de estos fabricantes, en 2023 ya podríamos considerar superada la escasez de chips y componentes.
Así lo confirma Baris Altinkaya, Marketing Deputy Director de Vestel, el fabricante de televisores que cuenta con el 18% de las ventas en Europa, además de marcas blancas en grandes superfícies de 157 países.
De estas previsiones se hace eco la UHD Spain, que cuenta con 30 socios fundadores desde este año, y que apunta que los fabricantes de televisores UHD consideran que el germen de la crisis surgida por la escasez de chips y semiconductores se originó debido a la caída en la producción durante los meses más difíciles de la pandemia de la COVID-19, con cierres de fábricas y confinamientos.
Sin embargo, esta situación quedará, según sus pronósticos, totalmente superada en 2023.
El fin de la crisis de semiconductores coincidirá con un aumento de las ventas de televisores de 8K
Con las miras puestas en ese año, las perspectivas se vislumbran muy positivas ya que, según UHD, será un año en el que también asistiremos a un ascenso de las ventas de los modelos de televisores en 8K. En este sentido, los fabricantes españoles se muestran optimistas ya que los datos que manejan apuntan que ya se han vendido en España más de 7 millones de televisores 4K y 8K, y esta tendencia al alza se mantendrá en 2022.
El impacto de la crisis de semiconductores
Estas previsiones, sin duda, son muy halagüeñas para el mercado de fabricantes de televisores UHD. De hecho, precisamente uno de los principales proveedores de chips, Intel, también apuntaba 2023 como el año en el que podría terminar esta crisis de semiconductores.
No obstante, y sin certezas de que esto sea así, lo que sí sabemos es que el impacto de esta crisis está afectando a numerosas industrias más allá de la tecnológica que dependen del uso de estos chips, como la de vehículos.
El impacto de la crisis de semiconductores se notará más en la recta final de año
Y sus efectos se harán notar, según todas las previsiones, de forma más notable, a lo largo de los próximos meses coincidiendo con la época de mayor consumo del año tras el arranque del Black Friday y con la campaña de Navidad.
Si bien algunos fabricantes ya han alertado de la más que posible escasez de muchos productos en las estanterías en los próximos meses, otros confían en que el impacto no sea muy acusado ya que llevan tiempo dosificando la puesta a la venta de muchos productos.
Por ejemplo, las videoconsolas de última generación como la PS5 y la Xbox Series X y S, con unidades muy limitadas, podrían agotarse rápidamente. Además, los fabricantes, que ya llevan tiempo alertando de los peligros de la gran dependencia de fabricantes asiáticos a la hora de adquirir chips, también están acometiendo cambios en su producción para satisfacer de la mejor manera posible su demanda.
Así lo ha hecho Apple, que ha decidido recortar la producción de productos como su popular iPad para destinar más chips a los iPhone 13.
Con todo ello, los proveedores confían en capear la crisis de la mejor manera posible con la mirada puesta en 2023 como el año en el que, por fin, se acabe esta crisis.
Imagen inicial | Magnus Engø