Ser el intermediario en alguna venta es la razón de ser del canal. Ya sea mayorista, distribuidor o el proveedor finalmente siempre está en medio para ofrecer un servicio. Un papel intermedio que se agudiza con los nuevos modelos derivados del cloud. Y es ahí donde comienza a sonar con fuerza la figura del cloud broker o, llevado al castellano, mediador de los servicios en la nube.
El cloud broker es aquella empresa que presta sus servicios en medio del cliente final y el proveedor cloud. Una pieza que puede buscar o asesorar en la búsqueda de la mejor solución u poner sobre la mesa diferentes opciones para que el cliente decida. Incluso, en algunos casos, llega a ser el representante negociador del cliente en la firma de un contrato. Un papel que le toca jugar por el desconocimiento todavía existente.
En muchos casos son los propios proveedores cloud los que están evolucionando hacia el cloud broker para ser dos en uno. Ofrecer varias alternativas con diferentes enfoques estratégicos o realizar labores de consultoría hace que la línea entre esta figura y el proveedor sea cada vez más difusa.
La importancia de ver el todo
Su capacidad de negociar precios por volumen, el conocimiento del sector así como de los requisitos de sus clientes y la experiencia en proyectos hacen que el cloud broker sea una figura atractiva para que las empresas adopten el cloud. Tanto es así que un estudio de la consultora 451 Research prevé la aceleración de demanda de este jugador tecnológico.
Se prevé una aceleración en la demanda de cloud broker
Pero ahí no acaba la función del cloud broker. Este, digamos, consultor especializado en la nube también está preparado para ver el todo en el maremágnum que se ha convertido el cloud. Un océano donde ya pocos no se definen como proveedores de soluciones en la nube pero que todavía muy poco saben gestionar y llevar a buen puerto. Y es ahí donde un intermediario tiene valor.
Y es que el cloud es un tema muy recurrente pero todavía una realidad poco presente. Solo el 23,8% de la infraestructura de EMEA está en la nube y la demandad todavía es baja frente a las soluciones tradicionales. Aún así el futuro es muy optimista en este sentido y se vaticina que para 2025 el 85% de las aplicaciones corporativas estarán en la nube.
Además, la evolución que vemos en los proveedores advierte una realidad más allá del cloud: la gestión tecnológica. Un área cada vez más demanda por los clientes que no cuentan con tiempo ni personal preparado para abordar retos de administración en materia de seguridad, hosting, infraestructura o aplicaciones. Terrenos donde buscan el valor del partner especializado.