De los 102 millones de wearables que se vendieron el pasado año, la mayoría fueron a parar al consumo. Si bien es cierto que no son tan comunes como se esperaba, lo cierto es que ya son un dispositivo frecuente entre deportistas o aficionados de la tecnología. Pero ¿se podría trasladar esta experiencia al mundo empresarial? ¿será práctico?
El 55% de los encuestados por ABI Research confían en que el traslado de los wearables a la vida profesionales sería positivo. Estos consideran que podría aportar muchas ventajas en mercados verticales como la industria donde en el 42% de los casos ya se utiliza algún dispositivo ponible.
Opciones como las gafas de realidad aumentada o virtual son uno de los dispositivos más interesantes para la industria. De hecho, el 54% de los profesionales encuestados ya planea incorporarlo de alguna manera para mejorar la navegación o agilizar procesos. Esto podría suponer un efecto directo en la productividad que los encuestados calculan que podría incrementar un 25%.
Con estas opiniones, el vaticinio de la consultora aportado por Stephanie Lawrence, analista de investigación de la consultora es el siguiente:
«La industria será el segundo cliente que más wearables demande en 2022 y el primero en número de gafas vendidas. La industria de la sanidad también demandará muchas unidades; unas 48 millones en 2022. Sin embargo, la proporción de gafas inteligentes será mucho menos, tan solo de unos 3 millones en esa fecha».
Wearables para aportar más
Aunque la industria ya ha encontrado diversas fórmulas para mejorar con la introducción de gafas de realidad aumentada, no es la única industria que lo puede hacer. Hemos visto otros pilotos en retail con gafas que mostraban proyectos futuros o aplicaciones corporativas que se pueden gestionar desde estos dispositivos.
Sin embargo, la entrada de los wearables, salvo excepciones como las mencionadas, todavía es residual. Un desafío para este sector que ve cómo se siguen vendiendo unidad pero después de la curiosidad inicial se dejan de utilizar. Y es ahí donde tiene hay un problema y reto al mismo tiempo; encontrar la utilidad de estos dispositivos más allá del consumo.
Potenciar los servicios alrededor de los mismos y los proyectos personalizados de valor que a fin de cuentas pueden ser la llave maestra para incorporarlos a la empresa.
